miércoles, 7 de febrero de 2007

Nunca cambiarán

Nunca cambiarán las cosas, nunca cambiarán los aficionados del eterno rival. Comprendo que debe ser difícil ser del otro equipo de la ciudad, ése que si nos basamos en la historia, es infinitamente inferior al Sevilla F.C., pero si nos basamos en el presente y/o futuro quizás la diferencia entre uno y otro se haga mayor. Yo comprendo, Blas Ballesteros, que trabajar para y por el "centenario" de tu equipo viendo como éste lleva toda la liga en zona de descenso, viendo como el club es una barca a la deriva en todos los aspectos y encima tener en la retina un Centenario del Sevilla F.C. en el que no sólo ganamos dos títulos europeos sino que además continuamos en pleno crecimiento, siendo el mejor equipo del mundo en el 2.006 y creando unas bases que nos ayudarán a ser durante muchos años un equipo puntero no sólo en España sino en Europa, te tiene desquiciado, crispado. Yo comprendo, por tanto, que debe ser muy duro. Pero eso no justifica su patochadas, sus frases fuera de lugar. Usted se comporta como un aficionado, cuando no es un simple aficionado. Usted trabaja para el otro equipo de la ciudad y durante algún tiempo formó parte del gobierno de nuestra ciudad. Usted no puede aparecer en Madrid con la famosa camiseta de "lo ciento", ni puede llamar Ramona a nuestro Estadio, como Pepe Castro no puede deciros ahora que "más lo ciento yo" ni puede llamar "estercolera" o "caja de herramientas" a vuestra pocilga, digo campo de fútbol. Eso lo puede hacer yo, que soy un aficionado, usted no. Pero menos en una semana, en un mes como éste. Un mes en el que nos tenemos que ver las caras en tres ocasiones. Un mes en el que tendremos que visitar dos veces la pocilga verdiblanca (sí, pocilga, repito que yo puedo llamarla como me de la gana). Yo no sé si es que usted es imbécil o simplemente que sigue un guión marcado por el de siempre, pero que ahora lo hace peor, porque no da la cara. Es lo de siempre, desde hace, al menos 2 años, en los que con gran criterio, nuestro presidente dijo en las vísperas de un derbi que no volvería a hablar del otro equipo de la ciudad. El otro, el de siempre, dijo que iba a calentar el derbi y desde entonces, él directa o a través de alguno de sus impresentables secuaces, no han parado de insultar, de intentar manchar nuestro nombre, nuestra imagen. No lo conseguirán y sólo espero que nuestros dirigentes sigan igual que hasta hoy, pasando de estos impresentables y demostrando la grandeza de nuestro club. Ojalá la lógica del fútbol se imponga y os tapemos la boca una temporada. Ojalá os humillemos dos veces seguidas en la pocilga. Ojalá.

No hay comentarios: