domingo, 2 de junio de 2019

El corazón roto

Me devolviste la ilusión de ir al fútbol cada domingo cuando la tenía perdida.
Lloré como un niño, pese a mis 31 años en aquella época, cuando tuviste que marchaste al Arsenal para que pudiéramos crecer y lograr ser lo que somos.
Disfruté de tu fútbol, de tus regates, de tus pases imposibles, cuando volviste para volvernos a poner en la cima del fútbol europeo.
Y hoy he vuelto a llorar porque te has vuelto a ir, pero esta vez para siempre.
Yo creo que tú lo sabías. Porque si no, no se puede explicar tanta prisa para todo, para debutar en primera, para marcar el primer gol, para marcharte al extranjero.
Viviste deprisa, en 35 años te dio tiempo a vivir lo que muchos necesitaríamos de dos vidas para hacerlo.
Pero parece que lo sabías, parece que sabías que tenías que jugar en el cielo y querías llegar en forma, aun joven.
Maldita vida, maldita carretera.
Dos zurdas de oro, dos zurdas de la Carretera de Utrera en el cielo.
Cuánto dolor y cuánta pena.
No puedo creer que te hayas ido. No te conocía, pero tengo el corazón roto como si hoy hubiera muerto un gran amigo.
Me devolviste la ilusión por el fútbol y hoy, una parte de mí, muere contigo.
Hasta siempre.

No hay comentarios: