Aún está dando coletazos es los corralitos que se forman en el trabajo, en los bares, etc., del nefasto partido que nos ha llevado a nuestra tercera semifinal en cuatro años, cuando ya estamos con los nervios en la barriga por el importantísimo partido que nos espera el domingo.
Empezando por el primero, lo único que tengo que decir es que los únicos que estuvimos a la altura fuimos los que asistimos al partidos, nos pusimos chorreando y pasamos mucho frío para ver semejante espectáculo. El resto, ni los que faltaron porque el partido no tenía interés ni los jugadores, estuvieron a la altura, al menos la mayor parte del partido, porque sí hubo unos minutos en los que el equipo, ya sea por vergüenza o por evitar males mayores, sí dio la cara.
De cualquier forma, teniendo en cuenta el resultado de la ida, los problemas que estamos teniendo para confeccionar un once cada semana y la importancia del partido de liga contra el Valencia, entiendo lo que pasó. Lo importante era estar en semifinales con el mínimo esfuerzo y, se consiguió. Es evidente que a todos los que fuimos nos hubiera gustado ver a nuestro arrasando al Depor, pero entiendo que poco más podían hacer.
Con respecto al domingo, pese a que no será definitivo nada de lo que pase, sí que es verdad que nos jugamos más de tres puntos. Allí perdimos 2-0, por lo que deberíamos salir no sólo a ganar, sino a mejorar el resultado que recibimos en la ida.
Si lo hacemos, o al menos, ganamos, nos volveremos a subir al tren del tercer puesto, con todo lo que hemos pasado, con sólo dos partidos de copa pendientes y con los africanos en Sevilla.
Si no, tampoco pasará nada. Pero en cualquier caso, será importante, tanto el resultado como el juego, para el partido del miércoles.
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