Esa es la forma cariñosa que tenemos mi padre y yo de llamar a un sevillista que se sienta relativamente cerca nuestra en el Ramón Sánchez Pizjuán y que no sabemos cómo se llama. Me he acordado de él hoy cuando he leído que mañana se presenta la campaña de abonados de la temporada 2009/10.
Me he acordado de él porque es el tío más pesimista del mundo. Se lleva todo el partido diciendo que el equipo no vale para nada, que no vamos a ganar ni un partido, que si vamos a bajar a segunda, que si no jugamos ni la uefa, etc. Cuando nos clasificamos para algo, que él no va a ir a esos partidos, que mejor que no se hubiera clasificado, etc. Sin embargo, la primera entrada que vi de la final de Eindhoven, se la vi a él, que se encargó de mostrarnosla a todos antes del partido de liga que se jugó antes de la final.
El año pasado con la Champions lo mismo. Y este año, todo el año igual con Jiménez, que si no me saco el carné si sigue Jiménez, que si el dinero me lo gasto con mi familia y tal...
Pues estoy seguro que será de los primeros en renovar el carné. Así que no entiendo por qué tiene que estar toda la temporada dando la lata.
Sevillistas como ése son los que empañan los partidos. Son los que pitan cuando jugamos mal y sólo animan cuando vamos ganando. Sevillistas, eso sí, que nunca faltan a una final.
Ojalá cumplas lo que llevas diciendo toda la temporada y no te saques el carné, a ver si para esta temporada entra savia nueva en nuestra grada.
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