Y nada más. Da igual que la ciudad entera se vuelque con el equipo. Da igual que el estadio esté a rebosar y no paren de animar. Da igual que todas las instituciones vascas estén apoyando. Da igual que los periodistas de la ciudad calienten el ambiente y que aquí, que llevamos muchas finales en los últimos 3 años no se esté haciendo nada de eso.
Da igual, al final es once contra once. Bueno y tres más, los árbitros, que esos sí que pueden influir en el resultado.
Pero en definitiva será once contra once y estoy seguro que cualquiera de los once que juege el domingo sería titular en el once vasco, con lo cual, por mucho que apriete el estadio, por mucho que apreite el ambiente, los once nuestros deben demostrar que son mejores que los suyos.
De ellos, no me preocupa, por tanto, el ambiente. Me preocupan sus jugadores buenos, Ocio y Amorebieta en la defensa, Yeste y Llorente. Del resto nada. Pero aún así debemos demostrar que somos muchos mejores y que merecemos estar en la final del día 13 de mayo.
Para ello debemos salir igual de mentalizados que en los últimos partidos, buscando la portería rival, presionando arriba. Si lo hacemos así, marcaremos seguro, y si marcamos, la eliminatoria quedará prácticamente sentenciada.
Me he dado una vuelta por algunos portales del Athletic y la verdad es que nos tienen mucho miedo. Ellos piensan que lo mejor es esperar al Sevilla, dejarle campo y tener paciencia, esperando alguna jugada a balón parado, algún contragolpe, etc.
Conociendo a Caparrós, estoy seguro que el equipo vasco jugará así. Pero si salimos a temporizar corremos el riesgo de llegar empatados a cero a los minutos finales y el Athletic es un equipo especialista en ganar puntos en los últimos minutos.
Así que por el bien de nuestro equipo, debemos salir como en Coruña, a matar el partido rápido y dejar bien el frío el ambiente.
Si lo hacemos así, medio billete para Valencia estará en el bolsillo.
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