La unión de los jugadores, el cuerpo técnico, dirigentes y afición fue el mayor arífice de la victoria sevillista ante el Valencia en los cuartos de final de la Copa del Rey de 2008/09.
Partidazo, no en cuanto a vistosidad del juego, sino por la garra puesta, de los sevillistas, que tras marcar el empate desarbolaron a los valencianistas y acabaron marcando el gol de la victoria en el último suspiro del partido.
No pude verlo en directo. No pude estar en el estadio en esta nueva noche mágica del sevillismo. El trabajo, tan necesario, me lo impidió.
Pero aún así, ayudé a todos los que llevaron en volandas al equipo para que juguemos la tercera semifinal europea en los últimos 5 temporadas.
Felicidades al equipo, el entrenador y a todos los aficionados entre los que me encuentro.
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