El próximo 11 de febrero la selección vuelve a su verdadera casa, a Sevilla y más concretamente al Ramón Sánchez Pizjuán.
Será en un partido amistoso. En un principio el partido previsto era el España-Turquía de clasificación para el mundial, si bien, ese partido iba a jugarse, en principio en el Estadio Olímpico. Al final, el que se jugará será el España-Inglaterra, partido que estaba previsto jugarse en el estadio Santiago Bernabéu, pero que se jugará en Sevilla porque los ingleses se han negado a jugar en un estadio que consideran racista. ¿Qué hubiera pasado si esto hubiera pasado en el Ramón Sánchez Pizjuán?. No quiero ni pensarlo, pero como ha sido en el Bernabéu, hay que quitarle hierro al asunto.
Pero, independientemente de esto, me gusta que vuelva la selección a Sevilla. Me gusta porque me trae recuerdos de aquella época en la que éramos la sede oficial de la selección. En esa época yo iba al instituto por la tarde y cuando España jugaba aquello era una fiesta. Desde bien temprano todo el mundo llegaba a clase con sus banderas, bufandas, camisetas. Los profesores nos amenazaban con todo lo que podían, pero al final, siempre les cogíamos las vueltas y hacíamos rabona para ir al partido. Era imposible, no podían evitarlo. Aún recuerdo un España-Hungría que se jugó en el Ramón Sánchez Pizjuán y que España ganó 4-0, que se jugó al medio día, no sé por qué razón. Ese día teníamos varias visitas concertadas por los museos del Parque María Luisa y cuando los profesores nos vieron llegar con las banderas y bufandas, casi les da un soponcio. Nos amenazaron con suspendernos la asignatura, pero aún así, nos escapamos y nos fuimos al partido. ¡Qué tiempos aquellos!.
Pero eso ya es historia. El partido de febrero será un amistoso, pero ante una selección histórica y con una España que es hoy en día Campeona de Europa.
Y además, el partido tendrá dos alicientes más. O mejor dicho, podría.
El primero, y para mí más importante, es ver si él seleccionador tiene la delicadeza de convocar a Andrés Palop y hacerlo debutar con la selección española en su casa, en Sevilla. Palop fue el único jugador que no jugó ni un sólo minuto en la Eurocopa, es más, ni siquiera en los amistosos previos. Algo incomprensible. Pues con todo y con eso, los pesos pesados de la selección destacan el papel tan importante que tuvo Palop en esa selección campeona de Europa. Es una gran oportunidad para que la selección, el fútbol, el país, le devuelva a Palop lo que le debe: la internacionalidad absoluta. Si no es así, será una de las mayores injusticias de toda la historia del fútbol español.
El segundo, puede ser el debut con la selección absoluta de Jesús Navas, que no sólo está en un momento de forma impresionante, sino que parece que va superando sus problemas psicológicos y podría ser una gran oportunidad para él, ya que tanto como la convocatoria como el partido sería en Sevilla, en su casa.
Pues nada, a esperar acontecimientos y a ver cuándo se ponen las entradas a la venta.
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