No me cabe la menor duda de que una de las razones que llevó al éxito al Sevilla FC el año de los tres títulos, o en general, durante la obtención de los cincos títulos, fue el tener una plantilla extremadamente motivada e implicada, y esta implicación se dio gracia, en parte, a las rotaciones.
Manolo Jiménez no ha rotado mucho en los años anteriores, salvo las obligadas por razones, pero este año parece que ha empezado con la intención de rotar todo lo posible, con la idea de mantener implicada y en plena forma a una plantilla extensa y fuerte.
Pero para este partido, las lesiones y un calendario muy cargado van a provocar que las rotaciones sean obligadas.
Para empezar Luís Fabiano, Konko, Romaric, Duscher y Acosta no son de la partida por lesión. A es hay que añadirle la baja de forma de jugadores como Kanouté o Navas que pueden que pierdan el sitio en el equipo titular, a ver si mejoran para los siguientes.
Un caso especial es Koné, que llegó como estrella (fichaje más caro hasta entonces de la historia del Sevilla FC) y primero por la falta de confianza que tenía en él Juande Ramos y su segundo año por la lesión, está prácticamente inédito. Este año, con los problemas físicos que suele frecuentar Kanouté se perfilaba como alternativa a la delantera, pero con la llegada de Negredo ve que se ha colocado en el cuarto puesto de la delantera, compartiendo el honor con Acosta y empieza a preocuparse.
Es lógico que habiendo un mundial cerca esté pensando en marcharse en diciembre cedido. A mí no me importaría, porque de todas formas, se perderá el mes de enero y aquí va a jugar poco.
De cualquier forma, debería no arrojar tan pronto la toalla y ganarse un puesto en las oportunidades de las que disponga.
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