domingo, 7 de marzo de 2010

30 minutos jugando y 67 corriendo.

Perder 3-2 en Madrid entra dentro de la normal. Perder en Madrid 3-2 después de ir 0-2 ganando, también es algo que puede pasar, y tanto, nos ha pasado en otros campos mucho menos importantes, así que… Tampoco es cuestión de volver a los debates de Jiménez sí, Jiménez no, no se trata de eso. Con el idolatrado por algunos, Juande, también nos remontó un partido el Madrid y nos costó, posiblemente, junto con otras circunstancias, una liga. Lo único claro es que el Sevilla FC salió en Madrid sin complejos, a tener la pelota y demostrarle a las figuritas del Madrid, que también sabemos jugar a esto. Y teniendo el balón, aunque no hubiera llegadas, mantienes lejos de tu portería al Madrid y eso es suficiente en el Bernabéu. Y jugando así, llegó el primer gol sevillista en la primera ocasión que tuvimos. Un gol, dicho sea de paso, en el que tuvimos suerte, pues no creo que Negredo hubiese rematado. Sin embargo, a partir del minuto 30, el Sevilla FC se duerme y en los 18 minutos restantes (incomprensiblemente el arbitrucho dio 3 minutos de descuento a ver si los merengues conseguían marcar, el R. Madrid se hizo dueño del balón y empezaron a tener sus oportunidades, algunas de ellas muy claras, en las que siempre se encontraron con Palop, hoy por hoy, y diga lo que digan los periodistas nacionalmadridistas, el mejor portero de España. En la segunda parte, Jiménez hizo su segundo cambio, pues en la primera tuvo que retirar del campo lesionado, una vez más, a Konko. Sacó a Kanouté por Capel que era el cambio que estábamos viendo todos, con lo cual, tampoco es tanto mérito. Sin embargo el Sevilla FC no mejoró, sino todo lo contrario, siguió cediendo terreno al Madrid que cada vez estaba más cerca del gol. El gol, por el contrario, calló de lado sevillista, en una nueva jugada tocada con la varita de la suerte. Yo, imaginaba lo que estarían diciendo los aficionados merengues, y lo imaginaba, porque situaciones como ésta nos ha tocado vivir varias veces esta temporada en nuestra casa. 0-2 en dos llegadas y a nadar y guardar la ropa. El Madrid movió ficha y sacó a Guti por Arbeloa y Manolo Jiménez debió arriesgar y mover ficha, sacando a Duscher por un desafortunado Negredo, pero temió quedarse con un jugador menos por una lesión, así que aguantó el cambio. No es que lo aguantara mucho, sólo que con Guti en el campo, el Madrid empezó a llegar con más claridad y, con algo de fortuna, empató el partido. Digo algo de fortuna, porque aunque tuvo mala suerte en algún tiro al palo, los goles llegaron en un rebote y en un córner. Con el 2-2, salió Duscher y las fuerzas en el centro del campo se igualaron, de forma que las ocasiones del Madrid fueron ya contadas e incluso el Sevilla dispuso de alguna llegada al contragolpe, que no fueron capaces de concretar. En el descuento, llegó el tercero del Madrid, algo, visto el partido, que se me antoja justo. De cualquier forma, no quiero dejar pasar la oportunidad de recordar que el árbitro pese a no haber influido directamente en el resultado, pues no anuló goles o pitó penaltis, sí que influyó indirectamente por su arbitraje descaradamente casero, que varias muestras de ello, que sinceramente, no tengo ni ganas de recordar.

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