Normalmente para el equipo supone el sentar las bases físicas para la temporada que empieza. Dicen los que saben, que si no haces una pretemporada en condiciones, poco después de enero se te funden los plomos y ya sabemos que lo importante se juega a partir de marzo, pero que para poder jugar algo en esa fecha, hasta ahí tienes que llegar ganando.
Si llega un entrenador nuevo, para que además implante su táctica a los jugadores sin que sea de forma traumática.
Para los jugadores nuevos, adaptación a la ciudad, a los compañeros y al nuevo fútbol, aunque hay algunos que juegan el primer partido como si hubieran nacido en Sevilla y otros que necesitan dos años para adaptarse (Luisfa).
Y sirve también para que los jugadores vayan cogiendo ritmo de partido. Y para que algunos jugadores con los que no se contaban, cuenten, porque hagan una perfecta pretemporada, o para que salga algún jugador de la cantera que no esperábamos (los aficionados, los técnicos sí).
Pero ya está. Los trofeos que se ganen o se pierdan no sirven para nada. Y si no, que le pregunten al Sevilla FC entrenado por Camacho, que lo ganó todo en pretemporada y se fue a Segunda División esa campaña.
Pero, ¿y para la afición?. En condiciones normales sirve para dos cosas. Una para matar el tiempo en verano, para matar el gusanillo del fútbol (cuesta que llegue el fin de semana y no haya partidos) y otra para ilusionarse, ya sea vía fichaje de jugadores o vía buenos resultados en los trofeos.
Por eso la afición del Sevilla está, a estas alturas, algo decepcionada. Porque en cuestión de fihajes, sólo hemos hecho dos, que no son malos, pero que si los comparas con la galaxia madridista, pues parece que no hemos fichado. Y si encima los resultados están siendo malos (digo resultados futbolísticos que es lo que la afición quiere, porque los resultados de la pretemporada, los verdaderos, sólo lo saben los técnicos y esos sí que me preocuparía que hubieran sido malos) pues la gente está desilusionada. Y como además, aquí estamos viviendo una etapa de división entre los partidarios de Jiménez y los no partidiarios, pues estos últimos están aprovechando para empezar a anunciar el cataclismo para la temporada que entra.
A mí, realmente, aunque me gusta ganar siempre, no me importa cómo queden los partidos de pretemporada. Por muchas victorias o derrotas que tengamos, cuando empiece la liga todos partimos con cero puntos y a partir de ahí habrá que empezar a sumar. A partir de ahí, si no ganamos sí que empezaré a preocuparme, pero hasta entonces, esto sólo es preparación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario