Cuando el equipo gana, que no lo hace de forma brillante y cuando pierde, pues eso, que pierde. El caso es que el equipo de Manolo Jiménez nunca lo hace bien. Cuando gana porque aburre y cuando pierde porque además de aburrir pierde.
Si nos damos una vuelta por los portales de internet deportivos locales es lo que nos encontramos a diario. Estos días atrás cuando perdíamos se criticaba la forma de jugar y se le exigía que ganara (y eso que no hay puntos en juego) y ahora, cuando gana 2-0 a un rival directo (que sí, que nuestra liga es con Valencia, Villarreal y Atc. de Madrid y no con R. Madrid y FC Barcelona, salvo que el discurrir de la competición determine otra cosa), entonces ganamos aburriendo o entre bostezos.
La verdad es que yo estoy más que harto. Para mi gusto el Sevilla de ayer no fue muy ofensivo. Es más, el resultado de 2-0 se me antoja algo largo para lo que ambos equipos hicieron en el terreno de juego. Tanto uno como otro se conocen bien y ninguno quería ir al ataque descaradamente si bien, la primera parte tuvo más ocasiones valencianistas que sevillistas. Sin embargo, lo normal en un partido entre estos dos equipos tan similares es que uno marque en un genialidad, que en este caso la puso Adriano y con el 1-0 en el marcador el Sevilla se metió atrás para salir al contraataque. Esta decisión, que choca con la de aquel Sevilla FC que ganó los títulos y que tras marcar el primer gol buscaba el segundo y luego el tercero, etc., es la filosofía de este entrenador. Pero es que nuestro entrenador es él, con lo cual, cuando marquemos el primer gol en un partido, tenemos que tener claro que el Sevilla adormecerá el partido, agazapado atrás esperando una contra para sentenciar. Habrá días que el rival ni llegue, otras que llegue y falle como hizo el Valencia (por lo que hay que ajustar mejor los movientos defensivos) y habrá días que tengamos varias ocasiones y sentenciemos al contraataque y otros que no.
Ese es nuestro fútbol. Ayer se vio claramente. Fuertes en el centro, presionando mucho y haciendo que el rival se aburra. En una jugada a balón parado, una genialidad o una contra, marcar un gol y luego que el rival se desespere jugando al ataque para a la contra sentenciar el partido.
Así, a la italiana, es como vamos a jugar y es hora, que después de más de un año con este entrenador nos mentalicemos que es así.
Este mismo fútbol es el que ha hecho que el Sevilla FC que cogió Jiménez en el puesto 12 acabara el quinto empatado a puntos con el cuarto en su primera temporada y que en la siguiente, acabara tercero.
Con este fútbol ha habido selecciones campeonas del mundo o de Europa y clubes campeones de Europa.
Si con este fútbol volvemos a quedar terceros o llegamos a cuartos o semifinales de la Champions, ¿nos vamos a quejar?. Y ya sabemos que yo no soy resultadista.
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