Vale que el cesped era un patatal y así es difícil jugar y vale que el árbitro se ha cargado el partido con la expulsión de Kanouté. Pero es que durante la primera parte, que teníamos los mismos jugadores en el campo se han visto las carencias que llevo denunciando toda la pretemporada. No hay un canalizador del juego ofensivo y no hay un sistema de juego ofensivo. No lo hay, quizás lo segundo puede ser consecuencia de lo primero, pero de cualquier forma no lo hay. La diferencia entre Valencia y Sevilla durante la primera parte (dos jugadas de ataques solamente), ha sido el tener un mediocentro de corte ofensivo, el tal Banega que ha hecho el partido de su vida en Primera.
La segunda parte para olvidar, porque se recibió el gol nada más salir y luego, cuando a base de correr y empujar se podía tener alguna esperanza, llegó el segundo gol por mala suerte, porque el extremo valencianista quiso centrar y el bote irregular hizo que golpeara con la espinilla y acabara dentro.
Mal comienzo. Todavía hay un día para arreglar lo del canalizador de juego. Y quince días para mejorar la forma de atacar. Lo que sí está claro es que durante la pretemporada los goles han llegado a jugadas a balón parado, ejecutadas por tres jugadores que se sabía, que por motivos distintos, no iban a estar en la mayoría de los partidos (Duda, José Carlos y Chevantón).
Pues nada, a olvidarnos un poco del fútbol durante unos días para volver con fuerza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario