Tal como decía hace un par de días, ganando en Villarreal casi certificábamos quedar entre los cuatro primeros, cumpliendo así el objetivo marcado por el consejo de administración del club al comienzo de la temporada.
Sacarle 6 puntos (5+1) al Villarreal a falta de 4 partidos y teniendo que jugar los castellonenses contra Barcelona (campeón virtual de la liga), R. Madrid (valiente ridículo el que han hecho y Valencia y nosotros tener cuatro partidos relativamente fáciles, es firmar prácticamente la consecución del objetivo.
Eso sí, hay que seguir luchando para conseguir el tercer puesto, porque este año hay mucha diferencia entre quedar tercero o cuarto (aunque el objetivo sea quedar entre los cuatro primeros).
Buen partido del Sevilla, en su línea de visitante, serio atrás, rocoso en el centro y con dinamita en las pocas ocasiones que ha tenido. El juego no ha sido vistoso, pero es que enfrente teníamos a uno de los equipos que mejor fútbol práctica y más en su casa. Un Villarreal, aspirante a lo mismo que nosotros y al que hemos batido en ambos partidos, con un 3-0 de parcial.
Tranquilidad y felicidad para cerrar la feria y para encarar el próximo partido en casa contra el Mallorca.
El único pero de la noche ha sido la derrota del Madrid (humillado) ante la máquina culé. Era importante que el Madrid siguiera vivo, pero en fin, ya que ha perdido es bueno que haya sido humillado para que, al menos, le exijan que lo dé todo hasta el final de liga.
Y bueno, del ladrón de Iturralde mejor no hablar.
Vale que Konko parece que se ha caído de un guindo, pero echar a un lateral derecho que no ha dado ni una patada, por dos tonterías, me parece fuera de lugar. Desde luego, qué fácil es echarnos un jugador. Es hora de que alguien dé un golpe encima de la mesa en los estamentos futbolísticos para que estos señores de negro, dirigidos por un antisevillista, deje de machacarnos jornada tras jornada.
En definitiva, victoria importantísima que, al menos para mí, sabe a Champions.
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