No podíamos fallar y no lo hemos hecho. Y eso que enfrente teníamos a un equipo que últimamente se nos daba fatal en nuestra casa.
Y encima, nos llegan una vez y nos marcan. Menos mal que en los alrededores de mi sitio en el Sánchez Pizjuán faltaban, precisamente los antijiménez. Si no, tendríamos que haber escuchado un sin fin de tonterías, como no dejamos de escuchar últimamente (y habla un "no partidario" de Manolo Jiménez).
Pero el equipo se se rehizo, capiteneado por un Luís Fabiano que parece que ha vuelto por sus fueros, un Renato en un gran momento y un grupo con muchas ganas.
El gol se resistía pero se veía que iba a llegar. Cuando el Sevilla se siente superior es imparable y hoy se sentía superior.
Resultado, victoria importantísima y balsámica. Espero que la semana transcurra sin tonterías y nos centremos en el partido de Pamplona, para cuanto antes, certificar un tercer puesto que está cada día más cerca.
Gracias Sevilla.
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