Cuando estaba empatado el partido a falta de unos minutos, pensaba que, bueno, todo lo que no sea perder se podría dar por bueno, sobre todo viendo la derrota del Villarreal por 4-0 en El Ejido.
Pero no me hacía gracia que quedara en empate y menos a cero goles, porque simpre que tienes que marcar corres el riesgo de que el equipo contrario se meta atrás y no entre la pelota y forzar una prórroga o algo peor.
Pues estando en esos pensamientos marcó la Ponferradina. Y eso sí que no se puede consentir. Un equipo de Segunda B, por mucho que tenga buenos jugadores y sea candidato a jugar en Segunda el año que viene, no puede ganarte. No, porque está en juego, no sólo una eliminatoria importante, sino el buen nombre del Sevilla FC.
De todas formas, no creo que pasemos apuros, porque estos equipos en sus estadios se crecen y mueren por la victoria, pero en nuestro estadio deben salir goleados.
Lo malo que tiene esto, aparte de la pérdida de confianza por una segunda derrota y consecutiva, es que tendremos que ir con todo a la vuelta, que teniendo en cuenta los problemas de lesiones que tenemos y lo ajustado del calendario es una mala noticia.
Los perjudicados, son ellos mismos, espero que aprendan la lección.
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