Hasta el mediodía de ayer, pensaba que la entrada que registraría nuestra Fábrica de Sueños, iba a ser espectacular. Lo pensaba porque la situación del equipo así lo invita, porque cuando vienen desgracias (me refiero a las lesiones de los cuatro delanteros) la genta se une más y arrima el hombro y porque los precios, por fin, eran mucho más que aceptables.
Me sorprendió cuando en Radio Sevilla escuché que se esperaba poco más de media entrada y que había además mucha gente molesta porque no habían podido sacar su eurobono en el día del partido.
Después, ya en el estadio, la entrada no fue tan mala, calculo que unos tres cuartos, pero sí que escuché entre vecinos de asiento, quejas sobre el tema.
Pues bien, no estoy de acuerdo con esas quejas porque:
- Los precios eran muy buenos, al menos en gol, donde yo me sitúo, pese a la crisis que asola al país.
- Es evidente que los socios tenemos que tener preferencia, pero también hay que dejar un plazo libre para que aquellas plazas que no hayan sido sacadas por los socios pasen a manos de otros sevillistas que no tienen la suerte de serlo pero están deseando la menor oportunidad de ver a su equipo.
- La excusa de vivir lejos y aprovechar el día del partido para sacar la entrada no es válida, porque el Sevilla FC pone medios suficientes para activar el carné sin necesidad de pasar por las taquillas: teléfono e internet.
Y tirón de orejas a los sevillistas sin carné. En estos partidos en que muchos, algunos, bastantes, lo que sea, socios no puedan sacarse o no quieran sacarse el euroabono, es la oportunidad perfecta para rascarse el bolsillo (menos castigado que el de los socios, me refiero a nivel de gasto en fútbol) y ver en directo a nuestro equipo.
No me gustaría volver a ver huecos vacíos en el Ramón Sánchez Pizjuán y menos en nuestra competición, la que nos cambió la vida.
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