Primera derrota. Además de las que duelen, ante un rival inferior y en casa. Además cuando mejor estábamos. Son de esas derrotas que no nos esperamos y que nos hacen más daño. Bueno, que no nos esperamos porque somos optimistas y sólo queremos ver al Sevilla FC, pero si se piensa detenidamente, tenía que pasar y no lo digo por las estadísticas.
Y digo tenía que pasar porque el equipo tenía que pagar el gran esfuerzo que está realizando estando la plantilla tan mermada. No dejan de lesionarse jugadores y los que salen tienen que hacerlo faltos de ritmo. Eso nos pasó hoy. Salió Crespo después de una lesión para sustituir al lesionado Konko (había algún torpe en la grada que se quejaba de que hubiera dado descanso a Konko) y sale falto de ritmo y colocación y nos llega el primer gol por eso.
Así que si el partido se esperaba espeso por el cansancio de los jugadores y por el antifútbol malagueño, con el gol, la cosa se complicó más de la cuenta.
Y para terminar de arreglarlo, la mala suerte (en el larguero de Luís Fabiano) o el desafortunado arbitraje (por no decirlo de otra forma). Y cuando ya nos parecía complicada la victoria, se complicó hasta el empate con la absurda expulsión de Adriano.
En fin, se ha perdido un punto, porque realmente no tuvimos opciones de ganar nunca, así que habrá que recuperarse para el domingo ganar en Valladolid y de alguna forma, minimizar la derrota de hoy. Y por medio la Copa.
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