jueves, 30 de octubre de 2014

Hay que meterlos

No es fácil meter seis goles a un equipo de segunda división en la Copa.

Si no, solo tenemos que pensar en temporadas anteriores, sin ir más lejos la ultima, pero tenemos varios ejemplos, en las que un equipo de segunda o segunda b, nos ha eliminado o nos ha tenido sufriendo hasta el último momento.a

Así que, sentenciar la eliminatoria fuera de la forma que lo he hecho el Sevilla es muy bueno, difícil y para reconocerle el mérito a los jugadores, algunos de ellos sin minutos en liga y por supuesto, a Unai, al que critico duramente casi a todos los fines de semana por sus planteamientos y por su falta de decisiones en el transcurso de los partidos, pero al que hay que reconocerle también sus méritos y uno de ellos es tener a la plantilla entera enchufada, porque si no, una resultado como el de ayer no se da.

De momento, a esperar ya al siguiente. Felicidades a todos, en especial a Cristóforo por su vuelta y un buen nivel, a Reyes y a Aspas.

martes, 28 de octubre de 2014

Violencia cero, pamplinas tampoco

Los que me conocéis, sabéis que odio la violencia, que estoy en contra de la violencia en todas sus formas y por supuesto, en contra de todo el que la ejerce.
Entiendo que el fútbol es un deporte, en el que unos ganan y otros pierden, pero que al final del partido, todos tenemos que darnos la mano y felicitar al rival, por su esfuerzo o por su victoria.
El día que todos entendamos una cosa tan fácil, el fútbol será una maravilla, porque podremos ir con nuestras familias a otros lugares a ver a nuestro equipo sin tener que escuchar como mínimo como te insultan e incluso en ocasiones, ver peligrar tu vida.
¿Acaso tiene sentido (y me da igual quién empezó ni porqué) que aficionados del Sevilla y del Atleti se dieran una paliza en un bar de carretera de Extremadura?

Y por supuesto, tampoco me gusta los insultos a árbitros o contrarios, pero al menos, ellos son personajes públicos y en su sueldo, les guste o no, va el insulto. Que ojalá se erradiquen, pues sí. Igual que la FIFA lucha por erradicar el racismo y es capaz de parar un partido si se insulta de forma racista a un jugador contrario, determinados insultos deberían de provocar igual sanciones.

Lo que no puede ser es que una persona que vive del fútbol desde hace años, como Marcelino García Toral, primero como futbolista y ahora como entrenador, salga a una rueda de prensa a decir que su madre no es una puta, porque tras celebrar de manera efusiva un gol y después caer derrotado, parte de la afición le llamó hijo de puta.

Marcelino, por mucho que hayas perdido a tu padre recientemente, lo cual siento de verdad, porque un padre es algo grande, muy grande, y su pérdida irreparable, un profesional tiene que estar al margen de estas cosas, pero sobre todo, lo que no puede hacer es utilizar esos insultos para desviar la atención de los periodistas hacia la afición contraria y así librar a tus jugadores de la colleja dialéctica que se merecen por haberse dejado ganar un partido en 4 minutos por un rival que no había llegado a puerta casi en los otros 88.
Así, dándole carnaza a los periodistas valencianos, que tanto odian últimamente a nuestro Sevilla, los tuyos se fueron de rositas y encima eres un mártir.

Estas cosas hay que cuidarlas, Marcelino. Porque aparte de hacer sufrir a los tuyos, a tu familia, que me consta que alguno ha sufrido al verte sufrir a ti, pones a los pies de los caballos a una afición ya de por sí perseguida de manera injusta en la mayoría de los campos españoles. 

Una afición maravillosa, con un pequeño porcentaje de impresentable, como en todas partes, pero que por allá donde va en Europa demuestra su señorío y que tiene que aguantar por culpa de cosas así, las vejaciones de parte de las aficiones españolas.

La próxima vez te lo piensas.

lunes, 27 de octubre de 2014

Ay Unai Unai


El mejor comienzo de la historia, tras 9 jornadas, 7 victorias, un empate y solo una derrota, tiene que ser en gran parte mérito del entrenador.

Dudarlo o negarlo es no tener mucha idea de fútbol. 

Pero no es menos cierto que en estos nueve partidos de liga y tres de competición europea, ya hemos visto a Unai cometer TRES errores de bulto que nos han costado o nos pueden costar caro en el futuro. Pero que sobre todo dejan cierta desconfianza en el ambiente pese a todo lo bueno que se está haciendo.

La primera de ellas fue el cambio de sistema del día del Atleti. Nos sólo fue el cambiar de sistema y pasar a jugar con cinco, fue el demostrar que pese a ir por delante en la clasificación y estar haciéndolo bien, teníamos que modificar nuestro sistema para enfrentarnos a ellos.

La segunda fue el pasado jueves ante el Standard de Lieja, cuando colocó a Iborra como segunda punta. No es ya el hecho de colocar a un medio defensivo con poco o ninguna capacidad para crear juego como segundo punta, como mediapunta, sino todo lo que ello conlleva. Para empezar tuvo que dejar fuera a un jugador como Iago Aspas que está loco por tener minutos y que ha tenido pocos cuando solo teníamos a un delantero disponible y que ve que con la recuperación de Gameiro sus posibilidades de jugar se reducen. Y segundo, porque si colocas a un jugador alto de media punta porque piensas jugar al patadón y que éste prolongue, tiene algo de justificación, pero entonces, para qué sacas a un mediocentro de toque. Pero además, viendo que la cosa no funcionaba, mantuvo el sistema todo el partido y el resultado fue un empate ante un equipo inferior.

La última, de momento, fue este domingo. Salió con dos delanteros (algo que a mí me gusta pero que está claro que no le da resultado cuando lo utiliza), con los dos medio centros defensivos y con Deulofeu, que salvo las faltas, poco está haciendo, en lugar de Aleix Vidal que hasta la fecha ha demostrado muchas más cosas que el jugador cedido por el Barcelona, y con Denis Suárez a la izquierda.
Bien, la apuesta puede ser más o menos discutible, pero para eso esta el entrenador, para decidir. Pero sobre todo está para cambiar las cosas cuando no funcionan (no al revés como hace a menudo) y cualquiera que estuviera viendo el partido, veía que las cosas no funcionaban.
Y no funcionaban porque el equipo estaba partido en dos, porque Deulofeu no ayudaba en defensa ni aportaba en ataque y porque a los delanteros no le llegaban balones.
Los cambios eran claros, Aleix Vidal por Deulofeu y Banega por uno de los mediocentros. Y eso hizo, pero cuando íbamos perdiendo por 0-1 y cuando ya no daba tiempo de nada. Al final, con suerte o con lo que sea, remontamos el partido, pero eso no quita que por la mala gestión del entrenador podríamos haber perdido los puntos y no está disfrutando ahora mismo de un lugar privilegiado.

En definitiva, aunque tenemos que estar contentos y disfrutar del puesto que tenemos, que creo que es mas de lo que realmente la plantilla puede dar, y vuelvo a decir, que gran parte de culpa tiene que tener el entrenador, por la mala gestión que hace en determinados partidos, podemos tirar por tierra el gran trabajo que estamos realizando.