viernes, 19 de diciembre de 2014

Se fue el 2014

El otro día frente al Eibar se acabó el 2014 para los que sentimos en sevillista.

Se acabó quizás como ha sido todo el año, una sensación agridulce, un quiero pero no puedo, un estoy a punto pero no.

Si hubiéramos ganado al Eibar hubiéramos llegado cuartos al final del año pero al empatar dependemos del Valencia para ello. Una pena.

Pero un año en el que ganamos un título europeo no puede ser otra cosa que fantástico.

Hemos ganado títulos europeos en 2006 (UEFA y Supercopa de Europa), 2007 (UEFA) y 2014 (Europe League). Solo tres años de nuestros 109 de historia, por lo que independientemente de todo lo demás, hay que darle al año un sobresaliente.

Si además de eso, vemos que a lo largo del año hemos ido mejorando en la clasificación en liga, desde los puestos bajos que ocupábamos a primeros de años al cuarto puesto que ocupamos hoy, debemos estar también satisfechos.

Igualmente en la copa, el años pasado caímos en primera ronda ante un segunda b y este año hemos pasado por encima de un equipo de la categoría inmediatamente inferior a la nuestra.

Además, al menos desde mi punto de vista, pese a la marcha de jugadores como Rakitic y Fazio, hemos mejorado la plantilla durante el año.

Sí, 2014 ha sido un gran año.

¿Entonces por qué esta sensación? 

viernes, 5 de diciembre de 2014

Tarde y mal

No sé el tiempo que hace ni las veces que he criticado en este blog lo que para mí es la escoria del fútbol. Sería suficiente con dar una vuelta por los post de años anteriores y saldrían bastantes.

Pero como este país es como es, las medidas solo se toman cuando ocurre una desgracia.

Ahora todos los mandatarios de los equipos de fútbol se echan las manos a la cabeza y empiezan a hacer declaraciones del tipo, los violentos no tienen cabida en nuestro estadio, vamos a erradicar a los ultras, etc.

Señores, los ultras llevan años instalados en el fútbol. Llevan años utilizando el fútbol para llevar a cabo todo tipo de actos violentos, tanto físicos como dialécticos.

Años en los que no se puede acompañar a tu equipo sin tener miedo a recibir una paliza o algo peor.

Años en los que acudir a un estadio significa tener que aguantar insultos tras insultos. Porque un partido se para si a un jugador negro le llaman mono o se hace de manera ostensible desde la grada el gesto del mono cuando el jugador se acerca a la banda. Pero si se insulta de manera grave a la madre del portero o a la afición contraria (no hace falta repetir los cánticos que se escuchan en todos los campos), no pasa nada.

Yo estoy en contra de todo tipo de violencia. De la física, por supuesto, pero también de la verbal.

El fútbol es un juego, una fiesta. Al fútbol hay que ir a disfrutar de un espectáculo con tus amigos, con tus hijos, con la gente que quieres y compartir un sentimiento.

En el fútbol no hay por qué tener miedo a llevar una camiseta determinada y encontrarte con un grupo de descerebrados que te fastidien el día o algo más. En el fútbol no tengo por qué aguantar que me llamen yonki, gitano o cosas peores solo por ser sevillista o sevillano.

Es cierto, que el fútbol es un reflejo de la sociedad y que no podemos pretender tampoco una situación idílica que no se da en las calles, ni en los colegios, pero la situación actual era insostenible.

Pero lo que me fastidia es que haya tenido que haber una muerte para que se le meta mano de verdad. Y me fastidian las declaraciones de los dirigentes sobre la mano dura que van a ejercer cuando llevan años permitiendo e incluso facilitando a los ultras que actúen en los estadios propios y visitantes (regalando entradas, financiando desplazamientos, dejándoles cuartos dentro del estadio, etc.)

Tal como está la vida, las entradas a los partidos tendrían que ser nominativas y al venderse debería haber una posibilidad de saber si la persona que compra tiene antecedentes policiales por haber participado en actos violentos y en ese caso, no poder venderse la entrada. No sé si esta idea es legal o si hay medios para llevarla a cabo, pero es la única forma.

Y los carnés de socio igual.


Solo así, se puede echar a los violentos. Y digo violentos, porque estoy seguro que en los grupos llamados ultras (aunque a mí no me gusta llamarlos así), estoy convencido que hay personas normales que disfrutan del fútbol y que nos hacen disfrutar a todos. Y esas personas, que deberían lo primero de alejarse del concepto ultra o radical, deberían echar de sus peñas a los violentos.

Entre todos puede que salvemos el fútbol. Ojalá.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Malditos seáis

No puedo contener la rabia, el asco, malditos seáis todos los que utilizando el fútbol como una excusa, como tapadera, como escudo, dais rienda a vuestra maldad y no solo os matáis entre vosotros, sino que mancilláis el nombre de nuestros equipos, de nuestra pasión.

Malditos ultras, nos estáis echando del fútbol, a nosotros, los aficionados de verdad, los que sufrimos de verdad con nuestro equipo. Los que lloramos de alegría en las victorias y los que nos vamos a dormir tristes con las derrotas.

Amo el fútbol. Desde que tenía 8 años voy con mi padre de la mano a ver a mi Sevilla FC. Y ahora, con 41, sueño con llevar a mis hijas de la misma forma.

He llorado por derrotas, he llorados por victorias, la ultima vez en Turín. Pero jamás se me ha ocurrido pegarme con nadie por ser de otro equipo.

Me encantaría ver el Ramón Sánchez-Pizjuan cada domingo con aficionados del equipo rival por las calles, luciendo sus camisetas y su bufandas, intercambiando saludos con la afición sevillista. Dejando dinero en los bares, en las tiendas de mi ciudad y disfrutando del fútbol.

Incluido el Betis, al que deportivamente le deseo lo peor siempre. Todos tenemos algun amigo, algún familiar bético, con el que hemos jugado cuando éramos chicos con nuestras camisetas rivales y jamás hemos discutido siquiera.

Por eso no puedo entender lo que veo, lo que cuentan. De verdad un hombre de mi edad, más o menos, con hijos y esposa, que su único pensamiento debe ser luchar por darle de comer a su familia, y disfrutar de su pasión que será el fútbol, o quiero creerlo, puede quedar por whassap para una batalla campal contra los ultras de otros equipos?. No puedo creerlo. No puedo creerlo.

Hasta cuándo vamos a tener que aguantar que los ultras mancillen el nombre del deporte que amamos?

Hasta cuándo vamos a tener que pasar miedo cuando vayamos a otros campos por culpa de estos energúmenos?

No nos engañemos, son todos iguales, de ultra izquierda o ultra derecha. Es lo mismo. Escoria.

Hasta que no los echemos del fútbol, como en su día hizo el Barcelona, no vamos a estar tranquilos.

Y ojo, que esto solo es el principio, habrá más batallas, ahora con al excusa de la de la venganza, ultras de las distintas ideologías se unirán para seguir machacando el nombre del fútbol y a cualquiera que cojan por medio.

No quiero olvidarme de los medios de comunicación madrileños. Quiero mostrar mi repulsa y mi asco por cómo están tratando este asunto, por cómo cuentan a medias la verdad. Por cómo quieren justificar lo injustificable para limpiar el nombre de su ciudad y sus equipos.

Casi no nombran al Frente Atlético, los llama radicales, pero bien que nombra a los Riazor Blues y a los ultras del Rayo y Alcorcón que supuestamente ayudaron. Y muestran otras batallas de los gallegos, pero nada de los madrileños. Eso sí, sacan una y otra vez la imagen del aficionado que les regala una bufanda.

Qué asco de centralismo. Vosotros también sois culpables de este sinsentido.