jueves, 1 de diciembre de 2016

Primer tercio

Acaba de terminar el primer tercio de liga.
En mi post de agosto pedía respecto. Ese respeto parece que se lo ha ganado ya Jorge Sampaoli.
Terceros en liga, empatados a puntos con el Barcelona en las puertas de un Madrid-Barsa y teniendo que jugar el R. Madrid en el Sánchez-Pizjuán.
Segundo en Liga de Campeones detrás de la Juventus, por culpa de ese robo espectacular que sufrimos en casa ante los italianos. Nos jugábamos el pase a octavos en Lyon, sabiendo que nos sirve hasta la derrota de un gol.
Primera eliminatoria de copa solventada fácilmente, con suplentes y jugadores del Sevilla Atc. Que sí, contra un tercera. Pero no es la primera que te llevas sorpresa en la Copa. Sin ir más lejos, el Hércules empató con el Barcelona ayer mismo.
Pero sobre todo, aparte de los resultados, este Sevilla tiene cosas muy buenas, cosas que me gustan mucho.
Juego ofensivo, valiente. Un entrenador que lee muy bien los partidos y que se adapta a ellos rápidamente. Un equipo que cree en la idea del entrenador y que va a muerte con ella.
En la parte negativa sólo dos cosas. La falta de un delantero top, salvo que Ben Yedder demuestre lo contrario en los próximos partidos y la baja aportación por el momento de los suplentes, en especial, Kiyotake, Correa o Ganso.
Si fichamos un delantero top, si compensamos un poco la plantilla en algunos puestos en los que andamos algo cojos y los primeros suplentes mejoran su rendimiento, podemos dar este año una campanada. Al tiempo.

Costernación

Hacía mucho que no escribía. Hacía ya algunas semanas que deseaba volver. Me gusta como está el Sevilla, me gusta y quería volver a ponerme delante del teclado.
Lo hago sin embargo porque necesito escribir sobre la tragedia del equipo brasileño.
Qué hija de puta es la vida. No puedo comprender porqué pasan estas cosas.
Entre ese momento de extasis en el que su partido, Danilo creo, para ese penalti que los metes en la final hasta el momento en el que se sesga sus vidas para siempre, sólo hay unos días de felicidad máxima.
Como puede cambiar todo por un gesto, por una acción. Esa acción que los lleva a la muerte a ellos, a los directivos, periodistas, etc., fue celebrada por la mayoría como lo mejor que les había pasado en su vida.
Qué pena Dios mío, qué pena.
¿Os imagináis aquel avión que llevó al Sevilla a Eindhoven, se los hubiera llevado para siempre?.
Fútbolistas, técnicos, directivos, periodistas, tripulación. Padres, hijos, esposas, hermanos, amigos, aficionados. Cuánto dolor.
Estas cosas nunca deberían pasar.