miércoles, 12 de julio de 2017

Mi padre me enseñó

Desde chico, mi padre me enseñó que la palabra de un hombre es sagrada, que hay que cumplirla, pierda lo que se pierda.

Me enseñó también la honestidad, el ir siempre con la verdad por delante. Que nadie, decía, dice realmente, pueda mandarte callar en ningún sitio por estar faltando a la verdad.

Seguramente usted, Sr. Machín, no supo inculcarle a su hijo Víctor esos valores.

Él es un multimillonario y yo un simple empleado por cuenta ajena. Los dos tenemos mellizos, pero mientras él podrá darles todo lo que se pueda comprar, yo podré darle a las mías, algo que él jamás podrá, una educación en valores.

Mis padres me enseñaron también a no desear el mal a nadie, ni siquiera en lo deportivo, así que pese a tu traición, no te deseo ningún mal, ni ningún bien, simplemente, para mí, no existes.