Me sorprende y me preocupa, que después de la Primera Emerytada nadie haya hecho comentario alguno.
Es verdad que lo importante era volver vivos de Madrid, es decir, que la eliminatoria se decidiera en Sevilla y se ha conseguido.
Y es verdad también, que hubo un momento, tras la expulsión de Spahic, que la cosa pudo ser peor. Pero aún así, e independientemente del resultado, estoy cabreado.
Y lo estoy, porque Unai Emery me demostró el jueves que la imagen que tenía de él es la verdadera, el que es un entrenador cobarde, un entrenador mediocre.
Es increíble que un equipo que ha jugado bastante bien los primeros cuatro partidos que ha disputado con el vasco y que ha basado ese buen juego en un espectacular juego de bandas y en el buen hacer de Rakitic en la media punta, cambie su sistema de juego porque juega ante un rival fuerte y lo haga poniendo a Maduro en lugar de Reyes, con lo cual se cargó la banda izquierda, la derecha y el centro.
La izquierda porque Rakitic se perdía allí. La derecha, porque al estar cojo el equipo, era mucho más fácil para los madrileños defender esa banda y por el centro, porque sin Rakitic por ahí, el equipo no carbura.
Sólo espero que no nos cueste jugar la final y que en el futuro, no vuelva a realizar cosas como ésta.
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