Quiero decir que pese a estar de acuerdo con la destitución porque los resultados no llegaban (aunque el juego normalmente era bueno, sobre todo en casa), me he llevado una grata impresión de Míchel, que ha cambiado la imagen que tenía de él.
Esa imagen se correspondía con la del chulito madrileño y del Madrid. Un futbolista de la famosa Quinta del Buitre, un futbolista que como jugador me gustaba mucho pero que como persona no lo podía ver.
Me ha gustado su forma de hablar y defender al Sevilla en público y sobre todo su forma de marcharse, como todo un caballero.
Le deseo mucha suerte allá donde vaya y ojalá pueda conseguir su sueño, entrenar al R. Madrid.
Ahora, tiempo de Unai Émey.
Unai Émery es de esos entrenadores que no me gustan cuando me enfrento a ellos, pero que tampoco me gusta tenerlo en casa.
Con el Valencia, cuando ha venido aquí ha demostrado poco y además la idea que tengo de él es de ser un entrenador conservador, del tipo Caparrós o Manolo Jiménez y los que seguís mi blog sabéis que no me gusta ese tipo de juego.
Pero tengo que reconocer que el Sevilla FC ha mejorado desde su llegada y que tengo expectativas puestas en la segunda vuelta, además de en la Copa.
La principal diferencia que le veo al equipo es que los laterales suben mucho, lo cual, se hace más evidente en el lateral izquierdo, donde Fernando Navarro está protagonizando unas subidas muy buenas, con asistencia perfecta a Rakitic en el segundo gol del día del Zaragoza.
Eso unido a una mejor colocación del equipo y quizás también, una mayor implicación, ha hecho que el equipo mejore con su llegada sustancialmente.
Pero lo importante llega ahora. Dos partidos en casa ante Granada y Rayo para mejorar nuestra posición en liga y empezar el despegue. Y sobre todo el partido de ida de la eliminatoria de copa contra el Atleti.
El partido de Copa ante el Atleti puede ser clave y decisivo en la temporada. Si consiguiéramos un buen resultado ante el equipo de moda, la confianza y la ilusión volverían al Ramón Sánchez-Pizjuan y podríamos volver a empezar a soñar.
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