viernes, 21 de marzo de 2014

El primer paso fue creer

Jueves 13 de marzo. Aproximadamente 11 de la noche. Fin del partido de ida de los octavos de final de la Europe League. Contra todo pronóstico, un malísimo y pobre Betis gana 0-2 en el Ramón Sánchez-Pizjuán y, según los periodistas de esta cuidad, sentencia la eliminatoria.

En ese mismo instante, comienza a gestarse la remontada. Una remontada histórica y épica. Histórica por ser la primera vez que los eternos rivales sevillanos de veían las caras en competición europea y épica por el resultado de la ida, el cual en muy pocas veces ha sido remontado en esta competición.

Y empezó en ese momento porque en circunstancias como las que se dieron esa noche es cuando un equipo saca a relucir su grandeza y cuando el otro no puede ocultar su pequeñez, su inferioridad. 

Una grandeza lograda a base de títulos, a base de victorias en otras noches como ésta. Y una pequeñez forjada en la complacencia con su lema, "manque pierda".

Y mientras en Nervión todo el mundo cree en la remontada y nos conjuramos para ello (reforzada la comunión entre afición y jugadores por la goleada al Valladolid), en Heliopolis se pasa del éxtasis de la inesperada e inmerecida victoria al miedo atroz a quedar eliminado después de haber rozado la proeza.

Pero esa confianza en un barrio y ese temor en otro no es sólo fruto de la gran diferencia deportiva que existe entre ambos equipos,sino a la grandeza de uno frente al complejo de inferioridad del otro.

Pero el partido había que ganarlo. Y se llegó a él con lo justo, o menos.

No se guardó nada Emery. Sacó todo lo que tenía, sabedor que el tiempo corría en contra, no sólo por la presión del resultado sino por el estado físico de sus jugadores.

El partido se ganó y la eliminatoria se pasó por la mayor calidad y porque en los partidos importantes siempre gana el más Grande.

Que nadie se deje engañar por el resultado. El Sevilla FC ha sido el justo vencedor de esta eliminatoria porque han sido superior en casi toda ella y porque el rival sólo ha podido defenderse y apelar a la suerte.

Turín está más cerca. Próxima parada, Oporto.

  

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