Por tanto, mucho cabreo porque teníamos depositadas muchas esperanzas en ese torneo y por la forma de caer eliminado, pero cero dramas.
Muy mal Lopetegui en la alineación y muy mal la mayoría de los jugadores, que salieron a jugar el partido sin la intensidad que requería, con el agravante que a nadie podía pillarle por sorpresa.
Lopetegui, como todos los entrenadores, tiene sus manías. Una de ellas pueden ser darle muchos minutos a jugadores que no dan el nivel pero que supongo le aportan lo que quiere y otra es jugar con defensa de tres y carrileros cuando no está Fernando en el campo. Este sistema que le dio algo de resultado al principio, está claro que nos resta en general, y que siempre que lo pone tiene que acabar quitándolo.
Y luego está la suerte. No sé, porque es la primera vez que veo jugar al Mirandés, pero no creo que muchas veces en su vida se ponga 2-0 con los dos primeros tiros a puerta.
En definitiva, merecida eliminación, cabreo monumental y, a partir de aquí a pensar en lo que queda que es mucho.
No demos por muerto al equipo o pérdida la temporada por una batalla perdida.
Luchemos hasta el final.
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