miércoles, 28 de enero de 2009

¿Una final?

De final nada. Vuelta de cuartos de final. Hay mucha diferencia entre jugar una final y el partido de vuelta de unos cuartos de final. Que sí, que es definitivo si se pierde, pero y si se gana, qué pasa, cuándo será la final.
Así que mañana lo que jugaremos es un partido que puede ser definitivo. Y lo haremos contra un Valencia que se presenta con la importante baja de Villa, pero sería injusto darle protagonismo a la lesión de Villa con el añito de lesiones que llevamos nosotros.
Hay otros que dicen que nos jugamos media temporada hoy, sobre todo después de haber caído eliminados de la Copa de la Uefa. Tampoco estoy de acuerdo. La temporada del Sevilla es clasificarse para la Champions. No clasificarse este año sería un fracaso. Caer eliminado en la liguilla de la Uefa fue un fracaso. Caer eliminado ante el Valencia en cuartos de final no sería una fracaso sino una decepción.
Para pasar a la siguiente eliminatoria tenemos que ver al Sevilla del Real Madrid, del partido de liga en Coruña o el Sevilla de la ida contra el propio Valencia. Si vemos al Sevilla del Racing, Mallorca, Osasuna, Málaga, etc., difícil va a estar la cosa.
Y mientras, en las semifinales ya están el Mallorca de Manzano y el Athletic de Joaquín Caparrós. El que ya no está es ese equipo tan maravilloso, ese que había fichado tan bien, ese que veía en la Copa la oportunidad de ganar un título y jugar en Europa el año que viene, esa verdadera máquina de jugar al fútbol, ese equipo superofensivo, ese equipo que no ha conseguido hacerle un gol en dos partidos al Mallorca y que ha caído eliminado. Nada hombre, no pasa nada. Si caemos nosotros sí, entonces sí que será un fracaso.
Espero que no, espero volver a encontrarnos en semifinales de la copa con Caparrós. En las dos últimas jugadas ha estado presente. Una vez como entrenador nuestro, contra el Real Madrid de Valdano y sus secuaces y en la otra en contra. Espero ver la tercera en unos días.

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