domingo, 6 de diciembre de 2009

¡Ozú mare mía!

Creo que esa expresión es la que más he repetido hoy. En la primera parte desesperado con el juego, por llamarlo de alguna manera, desplegado por el Sevilla. Ante una defensa muy adelantada y aglutinación de gente en el centro del campo, unido a las bajas de Zokora, Adriano, Kanouté y Escudé, principalmente, el Sevilla FC ha estado fatal. El único argumento era el patadón de Palop que se perdía una y otra vez en terreno vallisoletano, que una vez que cogía la pelota, con mucha menos calidad que nosotros, dominaban el partido. Así hasta que llegó el gol, que llega entre otras cosas, por la falta de intensidad con la que se defiende últimamente. A partir de ahí, y aprovechando la expulsión de un jugador pucelano y el penalti (de ambas no puedo decir mucho porque en el campo suceden muy rápido) parece que despertamos y en la segunda parte acorralamos a los vallisoletanos y creamos muchas oportunidades de gol que fuimos fallando una a una. Eso sí, aunque los cambios, ayudados por tener ellos uno menos, fueron acertados, yo en el último no hubiera quitado a Negredo por Koné, sino a un defensa porque ellos estaban encerrados y con un sólo punta, por lo que no necesitábamos a cuatro defensas. Lo único bueno, el regreso de Romaric, que parece que puede aportar toque y pase al centro del campo en cuanto coja algo de ritmo. Lo malo, la falta de intensidad en la primera parte, la falta de recursos en cuanto nos presionan la salida del balón, la falta de calidad de algunos jugadores (si estamos hablando de un equipo que quiere disputar la liga) y la falta de gol. De eficacia habla Jiménez. Le echa la culpa a la eficacia. No es justo quejarse ahora de la falta de eficacia cuando tantas veces esa misma eficacia nos ha dado muchos puntos, muchísimos, porque las victorias del año pasado se basaron en una fortaleza defensiva importante y mucha eficacia arriba. La liga es cosa de dos, me temo. Sobre todo si seguimos en este plan, el Barcelona sigue ganando sin que parezca que nadie pueda pararlo y el Real Madrid, también, pero como siempre ayudado por los árbitros (4-2 ha ganado hoy tras regalarle el árbitro el primero tras un remate de Sergio Ramos haciendo una clamorosa falta a su defensor y el tercero, tras pitar un penalti totalmente inexistente y dar por válido el gol de Benzemá que remató el rechace del portero, habiendo entrado en el área mucho antes de que tirara Ronaldo). En fin, pensemos que a la tercera va la vencida y seamos capaces de ganar al Glasgow Rangers para recuperar la estima, ganar dinero y pasar como líderes a octavos.

No hay comentarios: