Lo de ayer es complicado de explicar.
Por un lado llevábamos tres bajas importantísimas, Medel (básico para un partido como éste) y los dos delanteros, Kanouté y Negredo, por mucho que ninguno de los dos esté en su mejor momento.
Si a esto le unimos el antifútbol típico de Clemente, el error de Míchel (es una opinión claro), de no sacar a Babá de titular, siendo éste el único delantero centro real que teníamos, la excesiva dureza empleada por los asturianos, permitida por el árbitro y la mala suerte o la falta de acierto (que cada uno lo vea como quiera) de cara al gol, el resultado es el que es.
Lo que está ocurriendo, lo que sigue ocurriendo, no es más que lo que ha estado pasando durante toda la temporada, irregularidad y falta de gol. Capaces de ganar en Valencia y de perder en San Sebastian y Gijón. Jugar mejor y tener muchas más ocasiones que los rivales y acabar perdiendo.
Y lo peor es que ahora nos visita el Barcelona, que por mucho que todo el mundo diga que tiene perdida la liga, sigue peleándola y probablemente se llevará los tres puntos.
Temporada nefasta, temporada en la que va a a ser muy complicado alcanzar un puesto europeo. Pero mientras haya vida hay esperanza, así que no queda otra que seguir peleando.
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