lunes, 9 de noviembre de 2015

En el mejor momento

Este Sevilla tiene esas cosas. Tanto durante un partido como a lo largo de una competición, cuando parece que está muerto renace de sus cenizas. Nunca, por tanto, puedes darlo por vencido, porque en cualquier momento, se recupera y te gana.

Eso pasó anoche. Después de la derrota en Villarreal y en casa en Champions ante el Manchester City, en ambos casos con una imagen, además de la derrota, bastante lamentable, llegaba el R. Madrid de los Ronaldo, James, Bale, Ramos, etc. invicto.

Y en esos momentos, cuando se espera lo peor, cuando este equipo se rehace de sus heridas y se come al rival.

Gran partido del Sevilla FC ante un poderoso Madrid, que a mí me pareció menos fuerte que años anteriores, y victoria que debió ser más holgada por lo visto en la segunda parte, en la que el equipo no sólo ganó al Madrid, sino que lo chuleó.

Cuando Banega, Vitolo y Konoplyanka se asocian, sale fútbol de altos quilates. Si además, el resto se encuentra entonado (digo Mariano, Tremoulinas, Nzonzi, etc.), entonces el equipo puede bailar a rivales de la entidad del R. Madrid.

Pero pongamos los pies en el suelo. Esos mismos que cuando acabó el partido estaban contentísimos y aplaudían con fuerza a los jugadores que saludaban desde el centro del campo, esos mismos estaban a los 20 minutos de la primera parte pidiendo a gritos la cabeza del entrenador por el partido defensivo que había planteado.

Y es que el fútbol, por mucho que me pese, son resultados. Salvo para mí, claro. Ya sabéis y no me harto de decirlo, que no comento un partido por el resultado sino por las sensaciones que me deja el equipo, por cómo se planteó el partido, por cómo se jugó.

Y cierto es, que como muchos de los que estábamos en el Ramón Sánchez-Pizjuán ayer, cuando vi al Sevilla FC metidito atrás y arropadito me cabreé. Hasta que comprendí que era la única forma de hacerle daño al R. Madrid, un R. Madrid que te mata a la contra, que tiene un contraataque mortal pero que con la pelota en los pies sufre. Y entendí lo que quería Emery. Si hubiéramos salido a jugar como siempre, probablemente estaríamos 0-2 en el minuto 20, y no es la primera vez que nos pasaría contra este equipo.

Pero esa forma de jugar tiene muchos riesgos. Si hubiéramos recibido un par de goles en las llegadas que tuvo el Madrid, estaríamos hablando de otra cosa. Pero ayer el Madrid no estaba acertado de cara al gol y el planteamiento salió bien.

Grande Krychowiak, grande también Banega y muy bien el resto. Quizás Nzonzi fue el jugador más flojito del partido, aunque fue creciendo a medida que los minutos pasaban.

Ahora descanso por las lesiones que debe ayudar a recuperar a los tocados y volver con las pilas cargadas para un final de año cargado de partidos importantes, en los que debemos retornar en liga a los puestos que nos corresponden y pelear por la única posibilidad que nos queda de seguir en Champions.

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