jueves, 7 de septiembre de 2006

José Antonio Reyes

He sentido mucha tristeza al ver a Reyes por primera vez con el escudo del R. Madrid al pecho. No puedo evitarlo, mis sentimientos hacia ese equipo hace que me haya dado mucho coraje verlo con ese escudo. Cuando vi a Reyes jugar por primera vez me di cuenta que estaba ante un jugador excepcional. Cada domingo iba al Sánchez Pizjuán con la ilusión de verlo hacer alguna diablura, disfrutaba mucho viéndolo jugar porque me había devuelto la ilusión por el fútbol, una ilusión que había apagado poco a poco por los malos resultados que nuestro equipo obtenía. Esa temporada en la que mandó al banquillo al mismísimo Olivera que había sido la estrella del año anterior hizo cosas increíbles, cosas que no había visto antes. El años que se fue su rendimiento no había sido tan bueno. La llegada de Baptista lo desplazó hacia la banda y allí su rendimiento no fue el mismo. De todas formas, aquella tarde cuando escuché que se iba al Ársenal la recuerdo con muchísima pena. En aquel momento no podía entender que era bueno para él y para el equipo y aunque el tiempo ha dado la razón al presidente, no podía entenderlo y la tristeza me invadió. Para frenarla me hice del Arsenal como segundo equipo. Mi mejor amigo me trajo de la mismísima tienda del Highbury Stadium, con el 9, número que no lo pega pero que es el que llevó en el Arsenal. Me prometía que iría a verlo jugar alguna vez aunque al final no he podido. Con el tiempo, la distancia lleva al olvido y como además mi equipo no deja de darme alegrías he ido perdiéndole un poco la pista, pero siempre que lo veía en la selección lo sentía como si fuera del Sevilla. Al verlo hoy con el escudo del R. Madrid lo ha perdido todo para mí. Ni siquiera cuando se marchó Suker sentí ésto, aunque sí quizás cuando lo hizo Buyo, mi ídolo de la infancia. Hoy para mí ha caído un ídolo, ya no volveré a sentir lo mismo cuando lo vea con la selección, ya será un galáctico, que pena.

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