sábado, 8 de noviembre de 2008

Actores y forofos

Siempre me ha llamado la atención que en Sevilla no sabíamos (al menos la gente que no los conocemos personalmente) los colores de la prensa deportiva local, mientras que en ciudades como Madrid o Barcelona todo el mundo sabe quién es del Real Madrid, del Atleti, del Barcelona, del Español y hasta del Sestao si hubiera alguno. Gracias al forofismo de algunos y a las "denuncias" públicas de Jesús Alvarado en su blog, ya vamos conociendo los colores de los Santiago Ortega, Manolo Aguilar, Florencio Ordóñez, Alejandro Delmás, Peris, Cházarri, Paco Cepeda, Víctor Fernández, etc. Pues bien, ahora que vamos sabiendo que Santi Ortega, Manolo Aguilar, Cházarri, Paco Cepeda o Víctor Fernández son sevillistas y que Delmás, Peris y Florencio Ordóñez son béticos, nos encontramos con un curioso fenómeno: Los béticos son unos forofos acérrimos y los sevillistas unos inmejorables actores. Los béticos porque defienden al Betis por todos los medios habidos y por haber, siempre bajo la cantinela de que tratan a los dos equipos por igual. Los sevillistas, actores, porque no puede ser de otra forma. Si de verdad son sevillistas, antiguos socios e incluso ex-biris, no tiene más remedio que estén realizando un papel, porque si no, es imposible que estén continuamente criticando y torpedeando al equipo de sus amores cuando este Sevilla FC les ha dado más de lo que jamás hubieran soñado y más de lo que le dará el otro equpo de la ciudad a sus compañeros de profesión. Tiene que ser duro tener que llevar esa doble vida, la de la ilusión, disfrute, pasión por unos títulos en la clandestinidad y el del torpedeo constante, el de la crítica constante contra tus propios colores, sabiendo que mientes y que haces mucho daño, en público, porque así te lo obliga el que hace posible que puedas llevar el pan a tu casa. Por eso os tengo lástima. Ojalá esta persecución de vuestro jefe a Del Nido llegue pronto a su fin y podáis disfrutar de vuestro equipo como lo hacemos todos nosotros. Aún estáis a tiempo, porque vamos a seguir disfrutando.

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