domingo, 14 de diciembre de 2008

Qué el Ramón Sánchez Pizjuán sea una caldera

Pero una caldera de un tren a toda marcha, a máxima velocidad para alcanzar el segundo puesto y no dejar escapar el primero. Vamos a olvidarnos de camisetas con banderas españolas, de esquemas ofensivos o menos, de arrogancias o súplicas. Vamos a pensar que ganando hoy nos pondremos segundos, empatados a puntos con el Valencia y pasaremos por encima del equipo amarillo. Vamos a pensar que ganando le meteremos 4 puntos al polvo de estrellas y que, después de dos meses de numerosísimas lesiones, estamos sólo por debajo del Barcelona, una máquina de hacer fútbol este año. Si somos capaces de unirnos todos, llevaremos al equipo en volandas y ya sabemos que cuando la grada del Sánchez Pizjuán aprieta, nadie nos puede ganar, somos invencibles. Los nuestros son los blancos, no lo olvidemos. Los pitos, los gritos, tienen que ser sólo para los amarillos. Vamos a ganar hoy, lo merecemos, todos, desde el presidente hasta el socio 42.000 (y el pico que sea), y lo vamos hacer todos juntos, animando y animando sin parar.

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