jueves, 4 de diciembre de 2008

Victoria holgada

Eso es lo que queríamos, ¿no?, una victoria holgada. Y la ha habido, pero sigue sin convencerme este estilo de juego.
Estoy contento porque mi equipo ha ganado y depende de sí mismo para clasificarse para la siguiente ronda, pero no estoy de acuerdo con Jiménez cuando dice que hemos arrollado al Partizán.
Para empezar el Partizán, era, sin querer ofender a nadie, cuatro amigos. Será todo lo líder de Serbia que sea, pero aquí en España no iba a aguantar en Primera División ni una temporada.
Es evidente que no nos han creado peligro y que le hemos ganado andando, pero el problema está en que queremos ganarle andando a todo el mundo.
En la segunda se aumentó un poquito la velocidad y se adelantaron líneas, presionando muy arriba y el juego fue mejor.
Creo que la clave está en la velocidad. El juego del equipo es muy lento, mucho, y así se le puede ganar a equipos como éste, pero será difícil ganarle a equipos que presionen mucho, que junten bien sus líneas, que no nos dejen respirar.
De todas formas, es bueno que el equipo gane con solvencia porque así la crítica será menos feroz (o debería ser) y la gente se va más calmada a casa.
No estoy de acuerdo con la campaña anti Jiménez, ni contra Monchi, ni Del Nido. No estoy de acuerdo con aquellos que pitan porque sí, pero aunque yo quiero que gane siempre mi equipo, voy al Sánchez Pizjuán para algo más que verlo ganar, voy para disfrutar del fútbol y en la primera parte de hoy no he disfrutado.
Velocidad, en cuanto le metamos velocidad y algo de presión más arriba, cambiará la cosa.
Espero que esa falta de velocidad venga porque el equipo está falto de chispa por las lesiones. Si es así, conforme vaya despejándose la enfermería, empezaremos a ver el cambio.
Por último, quiero darle ánimos al jugador del Partizán que cayó desplomado al cesped y que silenció el Ramón Sánchez Pizjuán (menos a los cuatro mongolos de siempre) y que nos trajo a la memoria de todos nuestros peores días como sevillistas.
Gracias a Dios parece que ha sido sólo un susto. Gracias a Dios.

No hay comentarios: