Victoria tan necesaria y trabajada como justa

Había que ganar y se ganó. Había que ganar porque un equipo que aspira a jugar la champions el año que viene está obligado a ganar en casi todos los campos, pero sobre todo en el campo del colista de la categoría.

Había que ganar también porque llevábamos tres derrotas consecutivas en las tres primeras jornadas de la segunda vuelta, las mismas derrotas que en toda la primera.

Y había que ganar porque el sábado tenemos un partido dificilísimo, no sólo por el rival, que es bueno, sino además por el árbitro, el odiado Pérez Lasa.

Y se ganó. Y se ganó pese a una pésima primera mitad, en la que el equipo no dio ni una a derechas. En el descanso, viajaba del campo a mi casa del pueblo y venía escuchando la Ser, que por ser de la AM es la única que se coge y acabé desmoralizándome del todo, con aquellas perlitas que largaban Manolo Aguilar y Víctor Fernández sobre Mosquera, Romaric, etc.

Pero en la segunda parte todo cambió. La salida de Iván de la Peña, que podía haber sido la puntilla para un equipo que no carburaba, cambió el signo del partido. No sé si fue porque el equipo quiso ir de verdad al partido (no es la primera vez este año que tiramos la primera parte de un partido) o que el Español se rompió porque el calvo salió como mediocentro en vez de como mediapunta. Lo que los amantes al fútbol podíamos haber visto el cambio como una decisión acertada y valiente, fue la puntilla para el Español sobre todo con la expulsión del otro mediocentro.

Pero los partidos son así, y si no, que sólo hay que mirar a la última jornada.

Y además, independientemente de eso el Sevilla FC jugó al ataque, marcó y siguió atacando para sentenciar el partido.

Dos partes distintas, dos equipos que parecen distintos. Esperemos que el Sevilla FC de la segunda parte, el mismo de la copa, aparezca más veces para que podamos mantener el tercer puesto de la liga, que es lo más importante ahora mismo.