La del Atlético de Madrid. Es verdad que hay otras violentas, y que incluso, entre nuestros "aficionados" también los hay. Pero no es sólo por la violencia que destilan sus seguidores (sin ir más lejos tienen en su haber la muerte de un aficionado rival), sino por sus cánticos, insultos, comportamiento en su estadio y allí donde vayan.
Qué pena de afición de verdad. Lo de este domingo pasado, no es más de lo que pasa cada vez que vamos a su estadio, incluso han tenido la desfachatez de cantarlo en el nuestro, donde cualquier día puede ocurrir una desgracia.
Llamarnos "sevillanos, yonkis y gitanos", con ese acento tan ridículo, es suficiente motivo para que antiviolencia entrara de oficio, ya que ni los árbitros ni la censura nacional-madrileña, hace nada. Pero los gritos alusivos a nuestro querido Antonio, ya no tienen nombre.
No sé qué entienden estos subnormales por animar a tu equipo, por ayudar a ganar a tu equipo. Sólo sé que mientra no echemos a esta escoria (que insisto, en menor medida, hay en todos los estadios) del fútbol, no disfrutaremos de este deporte.
Ojalá, lo consigamos entre todos.
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