lunes, 4 de enero de 2010

¡Y yo me creía que lo había visto todo!...o casi

Este es un blog dedicado al Sevilla FC, el equipo de mi corazón. Pero de vez en cuando me gusta comentar hechos o situaciones que me llaman la atención o que me producen felicidad, rabia o cualquier reacción, aunque no tengan nada que ver con el Sevilla FC o ni siquiera con el fútbol. Y lo que viví ayer en el partido entre el Cajasol y el Suzuki Manresa es, como mínimo, inaudito. Partamos de la base que estoy en contra de cualquier tipo de violencia, ya sea física, psíquica o verbal, pero lo que pasó ayer tampoco es normal. En el Caja, hay una peña de "ultras", la Peña Siuox, que ve cada partido en uno de los fondos, desde hace muchísimos años. En estos años jamás ha habido ningún enfrentamiento con otras aficiones ni si ha tirado algo a la pista ni nada. Eso sí, protestan a los árbitros y, también, hubo un conato de violencia contra los dirgentes del club el año pasado. Y digo conato de violencia por el miedo que pudieron crear a los dirigentes cuando un grupo de unas 30 personas se fueron hacia el palco a recriminarles su mala gestión más que porque esa protesta llegara a ser violenta. El caso es que ayer, la Peña Sioux se encaró con el árbitro malagueño Herrezuelo. Es verdad que con este árbitro no tenemos mucha suerte, por no llamarlo de otra forma, y como siempre, los "ultras" empezaron a insultarlo. Lo típico, "Herrezuelo, hijo de puta". En fin, que no me gusta, pero que es normal en cualquier estadio de fútbol o pabellón. Y también lo amenezaron, yo lo escuché por mucho que hoy digan que no lo hiceron, con un cántico desgradable: "esta noche, mira bajo el coche", que está claro lo que significa y que está más claro aun que es una amenaza sin fuerza ninguna porque ningún chaval de esa peña va a poner una bomba en su coche. Pues aun denunciando el hecho de los insultos y de las cuasi-amenazas, tengo que decir que la actitud del árbitro, de parar el partido y amenazar con suspenderlo, es de ser un chulángano y no ser un profesional. Desde luego que estoy en contra de la violencia verbal en los estadios o pabellones, pero personajillos ávidos de protagonismo como este malagueño, lo único que hacen es generar más violencia. Y si no, que hubiera esperado al descanso (para lo que faltaban unos segundos) y entonces hubiera hablado con el delegado de campo, que discretamente hubiera ido a hablar con la peña para decirles que no siguieran (tal como hizo el propio delegado, el Jefe de la Policía del Pabellón, Chaves y Jesús LLano en distintos momentos). Si lo hubiera hecho así, nadie se hubiera enterado (porque esta peña no son ultras y respetaron lo que le pidieron) y no hubiera pasado nada. El resultado fue que la peña dejó de insultarlo y con el arte que aquí se tiene, cambiaron los gritos por "guapo, guapo" y "Herrezuelo, es nuestro líder". Chapó para los peñistas y un cero, como siempre, al árbitro malagueño.

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