viernes, 26 de agosto de 2011

La primera decepción de la temporada

Cuanto mayor es la ilusión que tienes puesta en algo, mayor es la decepción que te llevas si ese algo no se consigue.
Eso es lo que creo que me pasa a mi hoy  y lo que les pasa a la mayoria de los sevillistas en este día después a la hecatombe europea.
Ya tenemos que estar acostumbrados, porque son varias las desilusiones que nos hemos llevado en los últimos años en eliminatorias europeas, pero creo que la de ayer es especialmente dolorosa, por el momento de la temporada en que se produce y sobre todo, por la ilusión que todos nosotros teníamos en hacer algo importante este año.

Muchas son, a mi juicio, las causas por las que el Sevilla FC se ve fuera de Europa tan pronto, en este mes de agosto.

Y digo muchas, porque no hay una causa clara ni única, sino que han sido varios los motivos que nos han llevado a esta situación.

La primera la mala suerte en el sorteo. Sí, la suerte, buena o mala, influye sobre manera en competiciones de este tipo y la suerte en el sorteo no estuvo de nuestro lado. Que te toque en suerte enfrentarte en la eliminatoria de acceso a la fase de grupos al cuarto clasificado de la liga alemana la temporada anterior es cuestión de muy mala suerte. Como cuestión de mucha suerte ha sido la clasificación del Athletic de Bilbao para esta misma fase.
Y es mala suerte, a parte de un sin sentido, porque no es lógico que en una competición donde se enfrentan equipos de tan distinto potencial, dos equipos importantes se enfrenten en la primera ronda, sin que influyan los coeficientes de cada uno. Y digo sin sentido, no porque a mí me parezca que sea lo más justo que sí afecten los coeficientes, sino que éstos se aplican en todas las competiciones por eliminatorias que se juegan en Europa y no entiendo por qué no se aplica en esta ronda.
Al tocarte un equipo de este supuesto potencial y que además está un poco más rodado que tú, puede pasar lo que pasó.

La segunda causa ha sido la falta de acierto de cara al gol, sobre todo en el partido de vuelta. Porque como pasó el año pasado contra el Oporto, creo que hemos sido superiores a los alemanes en el conjunto de los dos partidos, pero si tienes una buena cantidad de oportunidades de marcar y no lo haces, lo normal es que acabes perdiendo. Negredo, Kanouté, Escudé por dos veces y alguno más, dispusieron de ocasiones suficientes para que hoy estuviéramos celebrando nuestra clasificación.
Si además, te enfrentas a un equipo que prácticamente no necesita crear oportunidades para marcar, la derrota es inevitable.

Y luego están las causas indirectas, causas no aplicables a los partidos en sí, pero que contribuyen a los éxitos o fracasos, en este último caso, a los fracasos y que son:

Sólo tenemos dos delanteros reales, porque Manu del Moral no lo es. Y mientras esperamos a la adquisición de un tercero vendemos a Rodri y cedemos a Acosta o Koné, por mucho que estos dos últimos no cuenten para nada. Yo he sido partidario de la venta de Rodri, pero ésta tenía que haberse hecho con la seguiridad de que íbamos a tener inmediatamente a un delantero en su lugar, porque si no, ocurren cosas como las de ayer, en las que la única solución fue poner a Fazio de delantero, aunque de eso, hablaré más adelante.

En la plantilla hay jugadores que ya sea por edad o por falta de calidad, no están dando el nivel necesario para formar parte de esta plantilla y menos como titulares. Palop, y me duele mucho decirlo, pudo hacer mucho más en, al menos, dos de los tres goles que ha recibido en esta eliminatoria. Para mí, un portero es imprescindible que pare todo lo parable y que además, de vez en cuando, lo imparable. Pero si te marcan goles que pueden evitarse, entonces tenemos un problema. Para mí, Andrés Palop es el mejor portero de la historia del Sevilla FC y sólo por eso merece mi total respeto, pero por el bien del equipo y también de él, deberíamos fichar a un portero.
Alexis no tiene nivel para ser defensa (y menos titular) de un equipo que aspira a todo en dos de las tres competiciones que juega y que aspira a ser tercero en la liga, que es lo mismo que ganar la liga de los normales.
Escudé no da en la actualidad, el nivel suficiente para ser el defensa central izquierdo titular del Sevilla FC. No sé en qué situación física ni el rendimiento que podría estar dando Drago en ese mismo puesto después de un año en blanco, pero la verdad es que ya el año pasado Escudé dió muestras durante toda la temporada de no estar a un nivel suficiente y al menos, se podría haber probado a Drago.
El caso es que, pese a tener a seis centrales en la plantilla, Alexis, Escudé, Spahic, Fazio, Cáceres y Bernardo (y lo mismo me dejo a alguno en el tintero), ninguno de ellos creo que en estos momentos, da el nivel suficiente para ser titulares en el Sevilla FC. ¿Qué pasa entonces, que no hay centrales en el mundo del fútbol que se puedan fichar? Y no es cuestión de dinero, porque los dos mejores centrales que hemos tenido en mucho tiempo, Javi Navarro y Pablo Alfaro, se ficharon al Elche y al Mérida. Es cuestión de buscar, de rastrear el mercado, algo que parece que últimamente no se hace, o no se hace tan bien.
Fazio. Lo de este jugador ya no tiene nombre. Lleva varias temporada siendo la eterna promesa y con una aureola de gran futbolista de futuro que no acaba nunca de llegar. Ni de central ni de medio, por su lentitud y por sus despistes. Si además lo ponen de delantero centro, al estilo Alexanco, entonces ya no tiene solución. Creo que no tiene sitio en el Sevilla FC y bien haríamos en venderlo o al menos, cederlo, a ver si así podemos conseguir una buena venta la temporada que viene.
Trochowski. El alemán es un futbolista bastante completo, pero no puede ser el líder de este equipo ni la referencia. Es un jugador más de plantilla, un jugador para ser suplente de Medel o Rakitic, un jugador para jugar de interior izquierda en partidos que haga falta más fuerza en el centro, pero no el líder del equipo, por mucho que lo intente. La culpa, desde luego, no es de él, sino de quién le da esa responsabilidad.

Y por último, los errores de Marcelino. Tenía puestas muchas esperanzas en este técnico, pero me está demostrando que es más de lo mismo, pero con más tonterías, porque al menos, Jiménez y Álvarez eran de la casa y su ficha no era tan alta.

El equipo no juega a nada. Ayer, el equipo creó muchas oportunidades, es verdad, y se vació en el campo, también es verdad, pero no se trata de eso, se trata de tener un esquema de juego, se trata de llevar el peso del partido, de saber a qué se juega y ayer volvimos a caer en los mismo errores de siempre. La defensa es incapaz de sacar la pelota porque no tiene con quién jugarla y tiene que recurrir al patadón para que Kanouté y/o Negredo la peleen arriba, los dos centrocampistas se ven incapaces de frenar a los medios del otro equipo por estar en inferioridad casi siempre y prácticamente no entran en juego porque el balón cuando lo tenemos nosotros, les pasan por encima.
Además, se empecina en jugar con el mismo sistema de todos los años atrás, que ya no da sus frutos y que debemos cambiar.

Lo único bueno de ayer para mí fue el debut de Campaña en Europa, un futbolista que creo va a tener este año mucha más participación de la que pensaba al principio, porque tiene muchísima calidad y sobre todo, la AFICIÓN. Una afición que desde varias horas antes de comenzar el partido ya estaba en los alrededores del Ramón Sánchez-Pizjuán dejándose la garganta para que se equipo sintiera el apoyo. Una afición que dio color al partido y que no paró de animar.
Una afición de diez. Y yo estuve allí, a pie de césped con una de esas gigantes banderas, animando a la afición a calentar el partido.
Qué lástima que esas sensaciones inolvidablea que sentí al pisar el césped del Sánchez Pizjuán, al ver el banquillo tan cerca, al ver lo que ven los jugadores cuando saltan al campo, no se queden en mi memoria grabadas junto a una noche más de inolvidable victoria en Europa.

Pero el fútbol sigue, y en poco más de 48 horas estaremos de nuevo en casa jugando contra el nuevo rico de la liga española, el Málaga. Pero de eso, ya habrá tiempo de hablar mañana, cuando el dolor, se haya pasado un poco.

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