Una vez escuché decir a José María García en la radio: A mi familia, a mi país y a mis amigos los defenderé tengan o no tengan razón frente a quien los ataque. Yo me quedé con esa frase grabada (era casi un niño por aquel entonces) y la sigo a rajatabla. Si alguien agrede a mi familia (verbal o físicamente) o a mis amigos, los defenderé, sin preocuparme en principio si tienen o no razón y cuando pase todo, si no la tenían los reprenderé.
Así que defenderé a Luis Fabiano, ante cualquiera, porque es de mi equipo. Primero fue agredido, no podemos saber si de forma fortuita o intencionadamente, eso sólo lo sabe Diogo. Mi impresión es que pudo evitarlo, por lo que tengo que pensar que fue intencionado. De todas formas, igual de intencionadas son determinadas patadas, o cuando dejas la pierna en alto, o los codos en los saltos. Luego hubo el típico choque de cabezas e intercambio de insultos. Y cuando ya Luis Fabiano se iba, algo muy fuerte tuvo que decirle Diogo para que Luis se volviera y diera una atragantá al uruguayo. Hasta ahí, cosas del fútbol. Pero después llegó la agresión de Diogo. Gancho de derecha al rostro de Luis Fabiano que lo tumba y lo deja groggy. La reacción de Luis Fabiano es la normal de cualquier persona que es agredido de forma brutal por otro. Quién de nosotros es capaz de recibir un puñetazo y quedarse quieto, yo creo que nadie.
Así que pienso que Luis Fabiano debe ser castigado y duramente, porque el espectáculo fue bochornoso. Y debe ser castigado de forma interna, porque la imagen del club, esa que poco a poco estamos limpiando, quedó dañada. Pero Diogo debe ser castigado más duramente, porque fue el verdadero agresor y el único que realmente hizo daño.
Espero que el comité no se deje manipular una vez más por la división mediático-galáctica, que ya está lavando la imagen del "Angelito Diogo". Ya veremos.
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