Dentro de 2 días, Sevilla se paralizará por el derbi copero. Estoy empezando a ponerme nervioso. Vale que la copa es de las tres competiciones la que menos me importa, pero es el Betis el que está enfrente y no quiero excusas y no quiero piedad. Quiero eliminarlo de la copa el años de su Centenario. Quitarle la única posibilidad de hacer algo importante en un año tan importante para ellos (aunque sea inventado).
El jueves tenemos que llenar el Pizjuán y dejarnos la garganta por los once gladiadores sevillistas que defenderan nuestro escudo, nuestra camiseta, nuestra historia. El jueves tenemos que animar sin parar. Pase lo que pase, tenemos que ganar la mitad del partido antes de empezar.
Primero, como dice Jesús Alvarado, vamos a vestir a la ciudad de carmesí, que está muy fea de verde. Vamos a demostrarles a esos falsos imitadores que Sevilla es roja y blanca y que el verde estropea esta preciosa ciudad.
Y luego, el jueves, vamos a llevarnos nuestras banderas, yo la carmesí, otros la blanca, según el asiento, y vamos a meterles el primer gol nosotros, para que nuestros gladiadores sólo tengan que rematar al indeseable.
Sólo quedan dos días, ¿sólo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario