domingo, 16 de mayo de 2010

Antes de centrarme en la copa

Ayer, cuando acabó el partido, necesitaba escribir algo, pero sólo tenía internet en la PDA y es complicádisimo hacerlo. Acabo de llegar a casa y lo único que quiero es hablar del gol histórico de ayer. Cuando nos marcaron el empate y vi que en Mallorca iban a ganar los locales y que necesitábamos marcar para que la temporada no fuera un desastre, pedí a gritos que sacara a Luís Fabiano, porque aunque había que marcar y aunque era arriesgado porque se nos podía lesionar y tenemos la final en la mente, en esos momentos, el gol era nuestra máxima necesidad. Cuando vi que el delantero elegido fue Rodri, me desanimé, porque, aunque no dudaba de las cualidades del chaval, no pensaba que fuera el momento oportuno para que tuviera su oportunidad. Los minutos pasaban, el sueño de la Champions se iba esfumando, sobre todo porque tampoco teníamos grandes oportunidades. A falta de nada para el pitido final, fallamos una ocasión clara y ya pensé que el partido se acababa. Pero este Sevilla me ha enseñado a que "el nunca se rinde", está en su himno por algo. En el último esfuerzo, Schilacci la rozó y el chaval Rodri, en un gesto de extrema dificultad y esfuerzo, golpeó con el alma y con el corazón de todos los sevillistas y nos metió en la Champions. Impresionante lo que sentí en ese momento. Hace algunos meses estábamos acostumbrados a estos "goles" y ya los echábamos de menos. Gol que nos mete en Champions y que nos sube la moral para el partido del miércoles. Que nadie se olvide. Ayer ganamos la primera de las dos finales que teníamos en tres días, pero queda la del miércoles, una de menos dinero pero con título de verdad. Sé que estáis cansados, pero tenéis que darlo todo hasta el final, para conseguir el sexto títulos para estos ojos y para la mayoría de los sevillistas, el décimo de nuestra historia. Un título, que nos da la posibilidad de jugar otra final en agosto contra el Barcelona.

No hay comentarios: