La previa

Todos los partidos tienen un ritual, pero éste, por ser un derbi y de copa, será especial. Todos los partidos, unas horas antes preparo la ropa, siempre prendas de mi equipo, camiseta en verano, sudadera en invierno, mi bufanda, mi gorra o mi gorro de lana y mi bandera centenaria. Después me despido de mi mujer, y detrás que su beso me dice: qué ganéis. Luego salgo en el coche para casa de mi padre. Allí mi madre me tiene preparado un bocata de lomo, calentito y me dice...ya estoy nerviosa. Mi padre aparece por el pasillo, serio, me mira y sonrie...le digo: hoy ¿qué? y me contesta: ya veremos. Mi madre se despide de nosotros diciéndonos: que vengáis contentitos y nos montamos en el coche. Salimos hacia la Ronda Tarmarguillo, para aparcar el coche frente a la C/ Cristo de la Sed, mi cristo. La cruzamos con el Sánchez Pizjuán de fondo..nerviosos y ansiosos por ver ganar a nuestro Sevilla. Por el camino hablamos del partido, de las alineaciones, mi padre nunca está de acuerdo, quiere más delanteros, el se crió con 5 delanteros y 2 defensas. No entendía las alineaciones de Caparrós, conservadoras normalmente. Sin darnos cuenta llegamos al Sánchez Pizjuán, con el tiempo justo de ver saltar a nuestro equipo. Vemos como se colocan en el campo, pita el árbitro, empieza el partido.