17 de 19. Mallorca 0 Sevilla FC 0

No pude ver el partido. Me cogió en Fuente Dé, en plenos Picos de Europa y allí, en el hotel, sólo podía ver a los de siempre, Madrid y Barcelona. Estuve zapeando de uno a otro, mientras intentaba escuchar lo que podía del Sevilla. El caso es que aunque no lo viera, sé que nos robaron el partido, como era previsible. Cuando el Barcelona y el Madrid pinchaban, pensé que era nuestro momento, que el gol llegaría, pero no llegó y no llegó por mala suerte y porque el de negro, otra vez él, no quiso que llegara. Ya sólo queda un partido. Hemos llegado con posibilidades matemáticas, pero muy pocas realmente. Sólo los soñadores como yo pueden seguir soñando con ganar la liga. El soñar, desde luego, no me lo podrán quitar y yo seguiré soñando hasta que las matemáticas digan lo contrario.