No tenía muchas esperanzas. La mejor España de la historia ganó en la Final de la Eurocopa a una vulgar Alemania por un gol a cero, así que, enfrentarnos a una muy mejorada Alemania, quizás, la selección que mejor fútbol estaba haciendo, y hacerlo después de varios partidos en los que no habíamos sido capaces de mostrar nuestro fútbol, me hacían ser pesimista.
Alemania venía de golear a Inglaterra y a Argentina. Vale que Inglaterra no había hecho nada en el Mundial, pero es Inglaterra y no es fácil golearlo y menos en un Mundial.
Y después cogió a Argentina, que estaba realizando un buen campeonato y también lo goleó.
España por su parte venía muy justita.
Pero en cuanto empezó a rodar el balón me di cuenta de lo equivocado que estaba. España volvió a ser la España que todos queremos (que casualidad que haya vuelto con la suplencia de Torres).
Y Alemania, que estaba ya digo, haciendo el mejor fútbol del campeonato, se encerró atrás, incapaz de disputarle el balón a España.
Después de la goleada a Australia, ya dije que Alemania tenía el problema en el centro del campo y que cuando jugáramos contra ellos, no olerían el balón. Claro, que yo no contaba con los primeros partidos de España y ya, en plena semifinales los veía superiores.
Pero España ha demostrado al resto del mundo que es la mejor selección, independientemente de lo que pase el domingo.
Control del balón absoluto, no muchas llegadas pero con peligro. Ellos, por el contrario, corriendo detrás del balón, sin apenas conseguir pasar del mediocampo.
Y, al final llegó el gol, aunque fuera a balón parado.
Y lo digo siempre, por mucho que los resultadistas saquen sus argumentos cada vez que un equipo sin jugar a nada, gana un partido. Si el balón lo tienes tú, si tú eres el que pone el juego y el otro se dedica a defender, si tú tienes muchas ocasiones y el contrario sólo una o dos, lo normal, es que ganes. Sí, lo normal es que ganes y además te has llevado todo el partido tranquilo y contento.
Es decir, los españoles hemos vivido un partido relativamente tranquilo, y hemos disfrutado del buen juego de nuestro equipo. Los alemanes, por contra, no han jugado a nada y durante todo el partido han sufrido y no han disfrutado. Que la victoria sabe igual, puede ser, porque significa lo mismo, el pase a la Final, pero para mí no sabe igual. Lo siento, pero cuando mi equipo juega bien y gana soy más feliz que cuando juega mal y gana.
Y hemos ganado, y el próximo domingo jugaremos por primera vez en nuestra historia una final de un mundial. Han tenido que pasar 80 años de mundiales, se han tenido que jugar 19 mundiales para ser capaz de llegar a una final.
Algo histórico que, afortunadamente, nos ha tocado vivir. Ya sólo queda un paso. Holanda nos está esperando. Para ello es la tercera, ya han perdido dos y no hay dos sin tres.
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