Así me he quedado cuando ha pitado el árbitro el final del partido.
A ver, antes del partido, con la trayectoria del Sevilla FC en los últimos partidos, salvando el enfrentamiento con los alemanes; con la victoria del día anterior del Barcelona que implica la obligación de ganar de los merengues por la vía legal o la que sea; y con el peligro en ataque del R. Madrid por la calidad de sus jugadores, tenía pocas, o ninguna esperanza de puntar en Madrid.
Pero cada partido es un mundo y este partido nos iba a deparar muchas sorpresas.
La primera que el Sevilla, tal como parecíamos intuir tras el partido de la Europe League, estaba dispuesto a poner intensidad al partido y ahogar al R. Madrid en ella, de forma, que con toda la calidad del equipo merengue, no fueron capaces de crear en la primera parte ninguna ocasión de gol.
En el lado negativo, el Sevilla FC se conformó con ese rol y no hizo nada por atacar, si bien, tuvo dos oportunidades claras, un cabezazo de Escudé que se marchó lamiendo el palo y tras la falta a Negredo que debió significar la roja de Carvallo, Konko pudo marcar si está más rápido.
La cosa no cambió en los primeros 20 minutos de la segunda parte, salvo por una clamorosa ocasión fallada por Negredo y en mi cabeza empezó a rondar la idea de que podíamos ir a por el partido. Pero claro, subir la líneas e ir por el partido era darle al Madrid alas para que pudiera crear peligro y ya sabemos que éstos no necesitan mucho para marcar un gol. Y en ésas estaba cuando llegó la expulsión del jugador merengue.
Y con esa expulsión llega la peor del partido, la demostración por parte del entrenador de que no me vale para este equipo. Sí, no me vale. Y no me vale porque con un jugador menos el R. Madrid había que haber ido por el partido. Pero no hicimos nada y el Madrid se sintió cómodo. Si el Sevilla FC saca un delantero y se va a por el partido, Mourinho se hubiera metido atrás a defender el empate, que ya lo conocemos. Pero nuestro entrenador demostró poca ambición, o mejor dicho, ninguna y así, poco o nada vamos a conseguir.
Y como siempre pasa cuando un equipo se conforma con empatar, se pierde. Ha bastado una ocasión, en la que se juntó mala suerte con poco acierto tanto de Palop como de los defensas (alguno se podría haber puesto debajo de los palos ante la salida del portero) para que el Madrid nos gane y nos deje a todos con cara de tonto.
En definitiva, y teniendo en cuenta que los puntos los daba por perdido antes de comenzar, me quedo con dos cosas:
- A favor la mejora del equipo en defensa, gracias a la intensidad y mejor colcación en los últimos partidos.
- En contra y preocupante, la falta de ambición demostrada y la ausencia total de fútbol.
Mi esperanza, la recuparación de Navas, Kanouté y Perotti para después del parón navideño. Con ellos tres, que forman la primera línea de ataque, el fútbol debe mejorar mucho y si seguimos mostrando intensidad defensiva, podemos empezar a subir peldaños. El que nos dé tiempo de llegar a la meta, será otro cantar.
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