Esto es fútbol señores. Tras una primera parte en la que alternamos un juego más o menos vistoso con unos errores fatídicos en defensa, nos fuimos al vestuario perdiendo en casa ante el Málaga 2-3.
En esos momentos, mientras caía una buena trompa, intentaba comprender cómo era posible que un equipo que se encuentra el tercero por la cola de la clasificación de la liga, nos marcara 3 goles en 45 minutos.
El motivo estaba claro, los malagueños por la banda izquierda de su ataque entraban como querían, porque Konko andaba perdido en el ataque y Cáceres no podía parar al extremo malagueño, muy fuerte y muy rápido.
Pero en la segunda cambió el panorama. Konko se quedó en la caseta y en su lugar entró Alexis, que desplazó al lateral derecho a Cáceres. Con este cambio se acabó el peligro malaguista.
Y cuando entró Kanouté nos hicimos los dueños del partido definitivamente, desbordando una y otra vez a los malagueños que vieron como iban perdiendo la ventaja y acabar perdiendo 5-3.
Resultado bueno, porque bueno es llevar dos goles de ventaja, aunque algo engañoso, pues un 2-0 nos deja fuera. En cualquier caso debe ser suficiente para pasar la eliminatoria.
Por último quiero destacar a tres jugadores. Primero a Romaric, que está uniendo a su calidad, entrega y corazón. Una lástima que no sea un poco más rápido, pero nadie le puede negar su compromiso, su entrega y su carácter ganador. En segundo lugar a Kanouté, que es, hoy por hoy, y ante la ausencia de Navas, el mejor jugador de esta plantilla y el más determinante. Con él en el campo, el Sevilla es otro Sevilla.
Y por último a Luna, que pese a que creo que falló en los dos primeros goles, pues en ambos llegó tarde y por detrás, se rehizo y completó un gran partido, subiendo una y otra vez con acierto.
En definitiva, último partido del año, victoria después de muchos partidos, victoria para pasar tranquilos la Nochebuena.
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