He dejado pasar el domingo prácticamente entero para hablar del partido, porque, anoche por lo menos, me era imposible hacerlo.
Lo único que puede decir después de casi 24 horas es que el fútbol es muy cruel, mucho y anoche lo fue. Y lo fue con el Sevilla FC y lo fue con el mejor portero de nuestra historia, D. Andrés Palop Cervera.
Primero hablaré del Sevilla FC. No pude ver la primera parte pues me encontraba de viaje, pero como iba llegando a cada, pude escuchar la narración del partido. Escuché como nos marcaban un gol por un error de Palop (en la radio decían eso, pero yo, después de ver las imágenes, creo sinceramente que el jugador del Racing hace falta al portero del Sevilla FC, porque hay contacto, y el contacto en el área pequeña es falta, sobre todo si por ese contacto el portero pierde la pelota). Escuché como fallábamos un penalti y como por mala suerte recibíamos el segundo gol. Lo que yo escuchaba me parecía ya injusto, porque no parecía que el Sevilla FC estuviera haciendo un partido tan malo para ir perdiendo 2-0.
Pero este Sevilla FC que tiene este año tantos problemas, tiene también mucho corazón, mucha garra y mucha capacidad de reacción, sí, Manolo Aguilar, la tiene, digas tú lo que digas.
Y reaccionó. Lo hizo gracias en parte a la expulsión del jugador contrario y a marcar antes del descanso. La segunda parte del Sevilla FC fue muy buena, a mí entender, encerrando al rival y buscando desesperandamente la remontada. El gol no llegaba y tuvimos que arriesgar, pero arriesgar cuando está perdido todo es lo lógico y no tengo nada que objetar a ello, al contrario. Arriesgamos dejando el flanco derecho descubierto, pero por algún lado teníamos que hacerlo. El gol del empate tardó mucho en llegar, pero llegó, y nos lanzamos a por los tres puntos, sabedores de que una victoria significa mucho en esta liga y un empate no tanto. Y entonces, la crueldad del fútbol en su máximo expresión se manifestó en ese patadón de la defensa montañesa que acabó en los pies de Arana, para que éste hiciera la vaselina de su vida, el gol de su vida. Derrota injusta, injustísima. Otra más en un año donde, independientemente de que no estemos bien, nos está faltando la suerte.
Y crueldad con nuestro portero. Creo que el primer gol no es culpa suya. Es verdad que yo pienso que un portero debería despejar de puños siempre, porque pueden pasar estas cosas, pero aún así, creo que no fue culpa suya, que le hacen falta.
Y en el segundo, pues no puedo pronunciarme. A ver, si él tenía que actuar prácticamente libre, estaba donde tenía que estar y no podría culpársele a él. Pero la verdad es que nos han marcado varios goles esta temporada de esta forma, por lo que habrá que cuidar este aspecto en el futuro.
Pero quiero decir una cosa más. Aun cuando la culpa de los dos goles hubieran sido de Palop, no es justo la cacería que le están haciendo últimamente. Es de vergüenza y es pero que nadie en el Ramón Sánchez-Pizjuán sea capaz de pitar o insultar al mejor portero de nuestra historia. Eso espero.
Espero que derrota de ayer no baje la moral de un equipo, que parece que con las incorporaciones de Medel, Rakitic y Sergio Sánchez está mejorando en juego y estoy seguro que lo hará en resultados.
Ahora a pensar en el Oporto, nuestro rival de Europe League.
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