Sé que lo de mañana es posiblemente el partido más difícil que hayamos disputado en Europa en nuestra historia.
Sé que el resultado actual de la eliminatoria y el buen momento que atraviesa el equipo contrario no ayudan al optimismo.
Pero yo sí creo en la remontada. Y creo porque:
- Vi a mi equipo muy superior al portugués y sólo la mala suerte y/o la falta de acierto tanto en ataque como en defensa nos privaron de una más que merecida victoria.
- Veo a mi equipo fuerte, capaz de marcar donde sea, capaz de dominar a casi cualquiera.
- Porque no tenemos nada que perder, después de la ida y cuando no tienes nada que perder, no tienes presión y todo es más fácil.
- Porque el rival está preocupado, porque está acostumbrado a ganar fácil y sufrió en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
No será fácil, claro que no. Sólo marcar dos goles nos sirve, al menos en principio. Es decir, para empezar a hablar hay que batir dos veces al portero portugués y si queremos hacerlo, hay que salir a morir en el campo, a atacar desde el primer minuto, a buscar en gol, no con desesperación pero sí con decisión, con determinación.
Si recibimos un gol, lo único que significa es que meter dos goles no nos servirá para pasar sino para lograr la prórroga, pero si marcamos pronto, les meteremos aún más miedo en el cuerpo.
Por eso, espero que mañana haya intensidad, haya valentía y haya esa suerte que este año nos está faltando y que se necesita para ganar un título.
Vamos chavales, tenéis que dejaros todo por conseguirlo, porque si lo conseguimos, sé que será un punto de inflexión esta temporada.
Ánimo. Sí se puede.
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