Hoy ha sido un día duro, una noche dura. Perder en casa siempre es doloroso, perder ante el R. Madrid, al menos para mí, aún más, pero perder recibiendo 6 goles en contra, por primera vez en nuestra historia liguera, es especialmente difícil de digerir.
Es verdad que enfrente teníamos a un gran equipo, un equipo que ha plantado cara al Barcelona en los cuatro últimos partidos, que teníamos muchas e importantes bajas, pero no creo que estas cosas sean suficientes para que el R. Madrid nos haya vapuleado de esta forma.
Creo que el máximo culpable de esta derrota es nuestro entrenador, Manzano, que si yo fuera el Presidente del Sevilla FC, esta misma noche dejaba de serlo, no sólo por la derrota, sino porque está claro que no ha sido capaz de dotar al Sevilla FC de juego, ni de carácter, ni de nada. Un desastre este entrenador, siendo la gota que colma el vaso el partido de hoy. Su planteamiento horroroso, pero como siempre, peor que eso, el no saber reaccionar a tiempo.
¿Cómo podemos irnos al descanso 0-3 y no realizar ningún cambio, salvo el de intercambiar las posiciones de Negredo, Kanuoté y Romaric.
Esto y su empecinamiento en poner a Capel en la banda derecha, cuando todo el mundo está viendo desde hace tiempo que jugar con Capel en la banda derecha es como jugar con uno menos, es suficiente para desear que esta misma noche sea cesado.
Afortunadamente, cuando se pierde de esta forma, lo que queremos es que pronto vuelva a rodar el balón, y eso no será dentro de una semana, sino de sólo 4 días, el próximo miércoles, importantísimo partido ante el Osasuna.
No quiero acabar sin darle un aplauso enorme a los Biris. Impresionante la afición sevillista, espoleada por los Biris. Esos son los Biris que a mí me gustan, los que animan y animan sin parar, esté pasando lo que esté pasando en el campo. Ojalá siempre que se hablara de ellos fuera para quitarse el sombrero, como hoy.
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