Por octavo año consecutivo hemos conseguido clasificarnos para jugar competición europea el año que viene.
La victoria por 3-1 ante la R. Sociedad, nos dio el pase, quedando pendiente sólo por dilucidar el puesto que ocuparemos al final de la temporada, que será 5º, 6º ó 7º.
Ganando, como mínimo seríamos 6º, pero perdiendo podemos ser incluso 5º.
Esperaré a que finalice la temporada para hacer un balance de la misma, pero de todas formas hay una cosa clara, clasificarnos para jugar competición europea por octavo año consecutivo, tiene que ser motivo de alegría.
Hace tiempo estuve en una charla impartida por una mujer que ostentaba un alta cargo directivo en una gran empresa y, ésta, fue sobre las expectativas. Allí habló de que sus hijos no sufrían porque ella no pudiera darles de desayunar, acompañarlos al colegio, bañarlos o darles de cenar, porque desde chicos les había mentalizado para ello. Y si alguna vez, de forma excepcional su madre podía darles el desayuno o bañarlos, era celebrado. Sin embargo, en cualquier familia tradicional, esas cosas son normales y rutinaria.
Así nos explicó las expectativas. No hace muchos años, en la época de Caparrós, por ejemplo, nos quedamos con la miel en los labios dos temporadas, y eso por no hablar de la época de Luis Cuervas, donde año tras año escuchábamos el Otro Año Igual. Ahora el significado de esa frase es distinto.
Año tras año nos clasificamos para jugar competición europea, pero no hay celebraciones, ni casi felicidad en los aficionados, porque cuando la temporada comienza tenemos unas expectativas mayores y los propios medios de comunicación sevillanos, esos que alaban y felicitan al eterno rival por ascender a Primera, quitan valor a lo que hemos conseguido.
Hoy la ciudad está teñida de verde y blanco. Aficionados que salen por todas partes, mostrando orgullosos sus colores, los colores de un equipo que acaba de ascender a Primera. Incluso montan en un autobús y se pasean por la ciudad.
Y sin embargo, nosotros, parece que estemos de funeral porque nuestro equipo "sólo" se ha clasificado para la Europe League.
No puedo comprenderlo. Claro que me hubiera gustado clasificarme para la Champions, por prestigio, por dinero, por lo que conlleva, pero estoy orgullo de que mi equipo, en una temporada tan complicada, haya sido capaz de clasificarse por octavo año consecutivo a una competición europea.
Me gustaría ver cuántos equipos españoles, salvo R. Madrid y Barcelona, han sido capaces de logar un hito como éste.
Así que vamos a levantar nuestro ánimo y vamos a demostrar a todo el mundo que, pese a no haber conseguido la Champions, estamos muy orgullosos de nuestro equipo
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