Aun recuerdo la primera vez que lo vi jugar. Había escuchado que el Sevilla FC había fichado a un mediocentro brasileño que iba a participar con su selección en la Copa América y me dispuse a ver el partido para ver qué tal jugaba. Creo recordar que fue también la primera vez que vi jugar a Luís Fabiano.
Renato me pareció un buen jugador, no perdió ni un sólo balón pero todo su fútbol fue horizontal, no sé, me dio una impresión regular aquel 5 brasileño.
Sin embargo, esa primera impresión no se ha correspondido con la realidad. El brasileño, además de una técnica exquisita y una capacidad goleadora entrando desde segunda línea que no esperábamos, se ha mostrado como una persona de una gran personalidad, de gran ayuda para el resto de brasileños que han convivido en el Sevilla FC.
Las imágenes que me deja, esos goles en la final de la Supercopa de Europa en el Bernabéu, el golazo en la semifinal de nuestra segunda Uefa ante Osasuna y aquel gol dedicado a Antonio Puerta en la final más triste que hemos jugado y que jugaremos jamás.
Él y sus niños sevillistas que siempre le acompañaban se marchan a Brasil, porque ha acabado un ciclo y llegan otros para intentar darnos lo que él nos ha dado, pero estoy seguro que volverá algún día, porque es el futbolista extranjero qué más veces ha vestido nuestra camiseta y porque es SEVILLISTA.
Suerte Renato en tu nueva etapa.
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